Un amigo mío publicó esto en Facebook:
«También podrías seguir pronunciando la L de SALMÓN. Ya no importa nada»
Me he reído un poco, aunque como sabéis no soy nada crítico con las variantes de pronunciación.
La verdadera pregunta es, ¿por qué NO pronunciamos la L de «salmón»?
La palabra viene en última instancia del latín salmón, pero nos llegó a través del francés, como hicimos con tantas otras palabras alimentarias. Los franceses, como era su costumbre, se tragaron la L latina en su pronunciación, así que cuando los ingleses tomamos prestada la palabra, era saumon, sin L en la ortografía y por tanto sin L en la pronunciación. Pero, como saben los fieles lectores de Wordlady, en inglés esto estaba condenado a cambiar, gracias a la obsesión renacentista por reflejar los orígenes latinos en la ortografía inglesa, un fenómeno responsable de muchas de nuestras letras mudas. En el siglo XVII, la ortografía sin L había desaparecido por completo. La mayoría de nosotros seguimos pronunciando la palabra SAMMON, pero hay constancia de que la gente dice SALMON (si no, el meme anterior no existiría).
Es exactamente el mismo fenómeno que ocurrió con halcón, palma, almendra y calma.
La influencia de la alfabetización, y de ver esa L ante nuestros ojos, es muy fuerte. En este caso, se refuerza con la pronunciación de «salmonella», que sí se pronuncia -o se supone que se pronuncia- SAL mon ella. No tiene nada que ver con el pescado (a menos que se coma uno que se haya estropeado). La palabra «salmonella» se acuñó en francés en 1900 en honor al veterinario estadounidense Daniel Salmon. ¿Con una L o sin ella?
Para más explicaciones sobre las letras mudas en inglés, ve a este post: https://katherinebarber.blogspot.com/2014/11/silent-letters-in-english-series.html
o haz clic en la etiqueta «silent letters» al final de este post.