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Sin embargo, desde que se pasó a la ruta de la copa menstrual a principios de 2016, la revolución del cuidado femenino ha explotado, y con la nueva atención puesta en los ingredientes de nuestros productos de bienestar, muchas marcas de tampones orgánicos han llegado al mercado. Con la curiosidad de ver de qué se trataba todo este revuelo, decidí dejar la copa un mes a finales del año pasado y probar una de estas nuevas marcas. Digamos que no funcionó.
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Después de aproximadamente un día de volver a usar tampones, me dio una misteriosa sensación de picor, e incluso después de cambiar de nuevo a la copa, se mantuvo durante días. No era insoportable, pero definitivamente no era divertido ni normal para mí. Supuse que mi cuerpo se había acostumbrado tanto a la copa que había desarrollado una sensibilidad general a los tampones, incluso a los orgánicos, pero los expertos en periodos dicen que podría haber habido una causa aún más específica (y desagradable) de mi inoportuno picor: el desprendimiento de los tampones.
Si eres una usuaria de tampones que experimenta picores vaginales espontáneos alrededor de tu periodo, puede que estés lidiando con lo mismo. Sigue leyendo para saber qué puedes hacer al respecto.
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El hecho de que los tampones puedan dejar rastros irritantes de material dentro de tu vagina en realidad tiene mucho sentido, sólo que nunca lo había pensado. Y al parecer, no soy la única. «La mayoría de las mujeres no se dan cuenta de lo delicado que es el tejido de sus vaginas», afirma la médica acupuntora y experta en salud femenina holística Elizabeth Trattner.
El fenómeno del desprendimiento de tampones es exactamente lo que parece: «Los tampones suelen estar hechos de algodón y éste puede desprenderse», explica la coach de imagen corporal y bienestar sexual Felicia Clark. «Coge una bola de algodón, humedécela con peróxido, hamamelis o cualquier otro producto que te frotes en la piel. ¿Se ha desprendido parte del algodón? Pequeños trozos de algodón pueden desprenderse o separarse fácilmente.»
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Los tampones no orgánicos son definitivamente más arriesgados, por supuesto: El algodón que utilizan está tratado con productos químicos tóxicos como el poliuretano. «Si lees los ingredientes, verás que muchos tampones tienen productos químicos que provocan incendios», comenta Clark. Y tampoco es que estas sustancias químicas desaparezcan en cuanto te quitas el tampón. «En el caso de las mujeres que menstrúan, toda una vida de productos químicos pueden llegar a ser bioacumulables en el sistema, lo que significa que los agentes blanqueadores, los agentes antibacterianos y otros productos químicos pueden acumularse en esta zona», explica Trattner.
Pero, orgánico o no, cuando un tampón deja pequeños trozos de algodón en tu vagina, eso significa que también está dejando la sangre de la antigua menstruación. Esto puede alterar el equilibrio del pH de tu vagina, lo que puede causar infecciones y/o olores extraños. Incluso cuando el tampón no está saturado de sangre, el material seco puede posiblemente, como dice Trattner, «destrozar el revestimiento vaginal»
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En el peor de los casos, puede producirse el síndrome de shock tóxico, incluso con tampones orgánicos. «Mucha gente piensa que los tampones orgánicos protegen contra el SST, pero esto es un concepto erróneo común», nos dijo a principios de este año Jane van Dis, ginecóloga obstetra del Grupo Hospitalario OB de Los Ángeles. «La desafortunada verdad es que no ha habido ningún estudio a largo plazo sobre si los tampones orgánicos son más sanos o más seguros»
Por suerte, el movimiento de bienestar vaginal ofrece alternativas más allá de los tampones. Después de mi traumática experiencia con los picores, ahora estoy más segura que nunca de que a mi copa Lena y a mí nos espera una larga vida en común, sin derrames y sin SST.
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