Allan Schwartz, LCSW, Ph.D. estuvo en la práctica privada durante más de treinta años. Es un trabajador social clínico con licencia en los estados…Read More
Mi primera introducción al Trastorno de Tourettes comenzó hace muchos años cuando era un estudiante de postgrado haciendo una investigación en la biblioteca de una universidad vecina a donde vivía en ese momento. La biblioteca era extremadamente silenciosa a pesar de que había bastantes estudiantes sentados en mesas haciendo sus trabajos escolares. Me senté a trabajar en una mesa en la que estaba seguro de que estaría solo y no sería interrumpido por nadie. De repente, oí un fuerte chillido. Levanté la vista de mis papeles, pero observé que nada había cambiado y que todo el mundo seguía en silencio y ocupado en su trabajo. Esto se convirtió en un patrón que se repitió tres o cuatro veces con el mismo resultado. El bibliotecario estaba sentado en su escritorio en la parte delantera y no se inmutó por lo sucedido. Decidí permanecer alerta, sin mirar hacia abajo, pero tratando de captar a quien o a lo que fuera que estaba haciendo el sonido. Pasaron unos minutos y, para mi sorpresa, vi al bibliotecario hacer el sonido de los chillidos. De nuevo, nadie levantó la vista, ni siquiera él, y todo permaneció tranquilo y estable en la biblioteca. Más tarde me enteré de que tenía el trastorno de Tourettes y todos en la universidad estaban bastante acostumbrados a ello cuando estaban en la biblioteca.
Se estima que aproximadamente uno de cada 1000 niños tiene un tic diordenado no necesariamente Tourettes. Por lo tanto, no es un diagnóstico común y no se puede hacer mucho al respecto.
El Tourettes es un trastorno neuropsiquiátrico que parece ser heredado. Sin embargo, se salta generaciones con el resultado de que no viene directamente a través de los padres. El gen que causa este trastorno aún no ha sido identificado.
El Tourettes forma parte de un espectro de trastornos por tics. Sus síntomas son que una persona experimenta múltiples tics motores y al menos una vocalización. La persona debe experimentar estos síntomas durante un mínimo de un año. Los primeros síntomas pueden comenzar en la infancia, pero lo más habitual es que aparezcan en la adolescencia. Tanto los hombres como las mujeres padecen este trastorno pero, por alguna razón, parece que muchos más niños que niñas heredan este problema.
Aunque la mayoría de los casos de Tourettes son de naturaleza leve, se complican con sentimientos de autoconciencia, vergüenza, rechazo de los demás y sentimientos de depresión y ansiedad asociados a los síntomas. La gravedad de los tics empeora con los estresores psicosociales, pero no son causados por éstos.
No es raro que las personas con Tourettes también experimenten TDAH, TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo, y depresión y trastornos del sueño. De hecho, estas otras características se convierten en los verdaderos objetivos de la terapia más que los tics, ya que estos pueden ser tratados con éxito y los tics pueden ser leves. En otras palabras, no son necesariamente los tics los que perjudican el funcionamiento tanto como el TDAH o los otros problemas si están presentes. Por supuesto, hay casos de Tourettes que son bastante graves y en los que los tics y resultan en un deterioro del funcionamiento.
Aunque se ha probado una variedad de medicamentos con este trastorno de tics, ninguno ofrece una cura efectiva y permanente.
Lo más preocupante del caso medio de Tourettes es la forma en que afecta al individuo, a su familia, a sus amigos y a su participación en la escuela. Es por esta razón que la terapia cognitivo-conductual es la más importante para los pacientes de Tourettes. A menudo hay que enseñar y entrenar a las familias, los amigos y los escolares para que acepten al individuo afectado. Hay situaciones en las que, debido a que los tics son tan descontrolados, se decide proporcionar educación en casa hasta que los síntomas se alivien.
También es de vital importancia que los padres y hermanos entiendan que el paciente no lo está haciendo deliberadamente. Puede ser difícil creerlo en aquellos casos en los que el paciente escupe involuntariamente palabras malsonantes y en los que se golpea e incluso se autolesiona. Todo esto puede servir para que los padres y los amigos se sientan totalmente indefensos.
Si usted tiene un hijo que está mostrando signos de tener tics es importante que lo lleve al médico para una evaluación completa y un posible diagnóstico.
La Tourettes no es una enfermedad degenerativa y, por lo tanto, no empeorará con el tiempo. También hay muchas razones para creer que esta persona crecerá y se convertirá en un miembro productivo de la sociedad en todos los sentidos.