Millones de personas vieron con asombro cómo los astronautas viajaban por primera vez con éxito a la Estación Espacial Internacional (ISS) en una nave espacial de financiación privada, el cohete Falcon 9 de SpaceX y la cápsula Crew Dragon, el 30 de mayo. El histórico lanzamiento, que marca un nuevo capítulo en los vuelos espaciales tripulados, es probable que provoque un renovado interés por los vuelos espaciales.
Entonces, ¿qué hace falta exactamente para convertirse en astronauta? Y ¿podemos esperar que los requisitos cambien a medida que más empresas privadas se involucren y hagamos viajes más largos?
Durante la carrera espacial de los años 60, la NASA seleccionó a un grupo de élite de pilotos de las fuerzas aéreas y de pruebas para orbitar la Tierra y, finalmente, aterrizar en la Luna. Estos pioneros estaban muy acostumbrados a asumir riesgos y a llevar su hardware al límite. Más tarde, se les describió como personas que tenían «lo que hay que tener» en lo que se refiere a las características físicas y psicológicas necesarias para ser un astronauta, un término que ahora es sinónimo de selección de astronautas.
Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos y a una mayor comprensión de los requisitos de los vuelos espaciales, científicos, médicos, ingenieros e incluso periodistas se han unido al club más exclusivo de la Tierra (y de fuera de ella). De los 100.000 millones de personas que se calcula que han existido, menos de 600 han viajado al espacio. Es, por tanto, una profesión única y para la que no todos estamos capacitados.
Criterios actuales
Actualmente, la NASA estipula que los aspirantes deben cumplir ciertos criterios. En primer lugar, hay que ser ciudadano estadounidense, aunque algunos han cambiado de nacionalidad para cumplir este requisito -entre ellos los británicos Michael Foale y Piers Sellars-.
También debe poseer un máster en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, o un título de doctor en medicina. Además, debe tener al menos dos años de experiencia profesional relacionada. También bastará con 1.000 horas de pilotaje en un avión a reacción, lo que es especialmente importante para las funciones de piloto y comandante. Y, por último, hay que superar la prueba física de astronauta de vuelo de larga duración de la NASA.
Criterios similares son establecidos por otras naciones, incluyendo la Agencia Espacial Europea (ESA). Básicamente, los candidatos deben demostrar aptitudes en una serie de atributos. En general, estos pueden desglosarse en cuatro áreas distintas, y pueden cambiar en el futuro.
Educación: Las funciones de piloto y comandante de una misión espacial siempre favorecerán a los que tengan una formación militar o de piloto de pruebas. Pero las tripulaciones de los vuelos espaciales modernos tienen que realizar una gama mucho más amplia de tareas relacionadas con la ciencia y la ingeniería que sus predecesores pioneros. Mientras están en la ISS, las tripulaciones tienen que garantizar la integridad de los experimentos y mantener la estación en funcionamiento de forma eficiente y segura. Por lo tanto, tener un conocimiento detallado de los procesos científicos y de los principios de ingeniería es esencial y seguirá siéndolo.
Psicología: La estabilidad emocional es un rasgo crucial que debe tener cualquier astronauta, pero los requisitos psicológicos son mucho más amplios que el simple control de las emociones. La capacidad de demostrar un buen razonamiento, altos niveles de concentración y memoria, orientación espacial (especialmente crucial cuando no hay arriba o abajo en el espacio) y destreza manual son también factores importantes.
Con los vuelos de larga duración previstos a la ISS y, eventualmente, a Marte, será cada vez más importante que los astronautas sean capaces de trabajar bien como miembros de un equipo, ser flexibles en su enfoque para resolver problemas y tener empatía con sus compañeros de tripulación.
Física: ya sea por las elevadas fuerzas g durante el lanzamiento o por el entorno de microgravedad en la órbita terrestre, el cuerpo humano es llevado al límite a lo largo de una misión de vuelo espacial. Por lo tanto, es fundamental para el éxito de la misión que los astronautas sean médica y físicamente capaces de sobrevivir a condiciones tan diversas y desafiantes.
Además de superar con éxito un aluvión de pruebas de aptitud física, los astronautas también deben tener una vista de 20/20 (con corrección) y una presión arterial sentada de 140/90 o inferior. Aunque técnicamente no hay restricciones de edad, el candidato medio a astronauta tiene unos 34 años. Siempre que se esté lo suficientemente en forma no parece haber límite: John Glenn voló en el transbordador espacial con 77 años.
Formación: Para poder ir al espacio, los astronautas también tienen que completar una serie de actividades diseñadas para prepararles para los distintos aspectos de su misión. La exposición a maniobras de alta velocidad en aviones a reacción y el aumento de la fuerza g en centrifugadoras especialmente construidas preparan a los astronautas para algunos de los retos físicos que experimentarán durante los procedimientos de lanzamiento y aterrizaje.
También practican procedimientos en vuelo como comer, beber y usar el lavabo durante periodos cortos (~25s) de vuelos simulados de «gravedad cero» usando jets de pasajeros convertidos.
Periodos más largos de ingravidez pueden ser creados en grandes piscinas como el Laboratorio de Flotabilidad Neutral de la NASA. Allí, los astronautas, equipados con trajes espaciales completos, pueden entrenar junto a maquetas a tamaño real de los módulos de la ISS. Esto permite a las tripulaciones realizar ensayos de las próximas misiones.
Turismo espacial
La ruta oficial de la agencia espacial para convertirse en astronauta ya no es la única forma de conseguir un billete al espacio. Desde principios de la década de 2000, la ISS ha acogido a invitados privados de pago. El éxito del Programa de Tripulación Comercial de la NASA seguirá facilitando el acceso seguro, fiable y rentable a la ISS y desde ella. Esto incluirá probablemente un aumento de los astronautas privados visitantes.
Como estos invitados no serán tan «prácticos» como sus compañeros astronautas, no tendrán que cumplir criterios tan estrictos. Esto probablemente permitirá que más personas accedan al espacio. Sin embargo, esta opción privada no será barata. La NASA estima que, además de los costes de lanzamiento, estos turistas espaciales pueden esperar pagar unos 35.000 dólares por noche.
Convertirse en astronauta es probablemente, y no es de extrañar, una de las carreras más difíciles de seguir. Sin embargo, aquellos que han conseguido sus «alas» de astronauta lo describen como una profesión enormemente gratificante. Así que, si tienes la pasión necesaria y las características relacionadas, quizás tú también tengas lo que hay que tener.