Para muchos ciudadanos mexicanos, Benito Juárez es el presidente mejor considerado hasta el día de hoy, siendo además el único que ostenta el título de Benémerito de las Américas. De origen zapoteca, nació en 1806 y recibió la educación elemental como seminarista, graduándose de Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Alcanzó fama como educador, abogado y miembro del Congreso de ese mismo estado y, después de ser elegido para la Cámara de los Diputados de la Unión, emergió como un destacado dirigente liberal. Contribuyó a redactar la Constitución de 1857, que ampliaba los derechos del pueblo mexicano: una de las provisiones de la Carta Magna, conocida como la «Ley Juárez», abolió los privilegios jurídicos de la Iglesia y del Ejército.
Cuando los conservadores se alzaron en armas para derogar esta constitución, Juárez condujo las fuerzas liberales hacia la victoria durante la guerra civil conocida como «Guerra de Reforma» (1857-1860), y cuando la invasión francesa tuvo lugar a continuación, alcanzando la capital, Juárez se negó a rendirse y se retiró al norte del país. Benito Juárez y Abraham Lincoln tenían mucho en común y compartían una simpatía recíproca por sus causas respectivas durante las guerras fratricidas que tuvieron lugar ambos países. Después de la derrota de los franceses y de la ejecución de Maximiliano, Juárez retomó sus funciones como presidente en 1867, cargo para el que fue reelegido y en el que fungió hasta su muerte, en 1872.