Bismuto
El bismuto es un metal blanco, cristalino y quebradizo con un tinte rosado. El bismuto es el más diamagnético de todos los metales, y su conductividad térmica es menor que la de cualquier metal excepto el mercurio. Presenta una gran resistencia eléctrica y tiene el mayor efecto Hall de todos los metales (es decir, el mayor aumento de la resistencia eléctrica cuando se coloca en un campo magnético). El bismuto es estable al oxígeno y al agua, pero se disuelve en el aire nítrico concentrado. Todas las sales de bismuto forman compuestos insolubles cuando se introducen en el agua.
Aplicaciones
El bismuto metálico se utiliza en la fabricación de soldaduras de baja fusión y aleaciones fusibles, así como de perdigones para pájaros y plomadas de pesca de baja toxicidad. También se fabrican ciertos compuestos de bismuto que se utilizan como productos farmacéuticos. La industria utiliza los compuestos de bismuto como catalizadores en la fabricación de acrilonitrilo, el material de partida para las fibras sintéticas y los cauchos. El bismuto se utiliza a veces en la producción de perdigones y escopetas.
El bismuto en el medio ambiente
Los minerales más importantes de bismuto son la bismutimita y la bismita. El bismuto se presenta de forma natural como el propio metal y se encuentra en forma de cristales en los minerales de sulfuros de níquel, cobalto, plata y estaño. El bismuto se produce principalmente como subproducto de la fundición de plomo y cobre, sobre todo en Estados Unidos. Las principales zonas en las que se extrae son Bolivia, Perú, Japón, México y Canadá, pero sólo hasta 3.000 toneladas al año. No existe una estimación fiable de la cantidad de bismuto que se puede extraer, pero parece poco probable que haya escasez de este metal.
Efectos del bismuto sobre la salud
El bismuto y sus sales pueden causar daños en los riñones, aunque el grado de estos daños suele ser leve. Grandes dosis pueden ser mortales. Industrialmente se considera uno de los metales pesados menos tóxicos. Pueden producirse intoxicaciones graves y a veces mortales por la inyección de grandes dosis en cavidades cerradas y por la aplicación extensiva en quemaduras (en forma de compuestos solubles de bismuto). Se indica que la administración de bismuto debe interrumpirse cuando aparezca una gingivitis, ya que de lo contrario es probable que se produzca una grave estomatitis ulcerosa. Pueden desarrollarse otros resultados tóxicos, como una vaga sensación de malestar corporal, presencia de albúmina u otra sustancia proteica en la orina, diarrea, reacciones cutáneas y, a veces, exodermatitis grave.
Vías de entrada: Inhalación, piel e ingestión.
Efectos agudos: Inhalación: VENENO. Puede ser un polvo molesto que causa irritación respiratoria. Puede provocar mal aliento, sabor metálico y gingivitis. Ingestión: VENENO. Puede provocar náuseas, pérdida de apetito y de peso, malestar general, albuminuria, diarrea, reacciones cutáneas, estomatitis, dolor de cabeza, fiebre, insomnio, depresión, dolores reumáticos y puede formarse una línea negra en las encías de la boca debido a la deposición de sulfuro de bismuto. Piel: Puede causar irritación. Ojos: Puede causar irritación.
Efectos crónicos: Inhalación: Puede afectar a la función del hígado y de los riñones.
Ingestión: Puede afectar a la función del hígado y de los riñones. Puede causar anemia, puede formarse una línea negra en las encías y estomatitis ulcerosa. Piel: Puede provocar dermatitis. Ojos: No se han registrado efectos crónicos sobre la salud.
Afecciones médicas generalmente agravadas por la exposición: Trastornos cutáneos y respiratorios preexistentes.
El bismuto no se considera un carcinógeno humano.
Efectos ambientales del bismuto
El bismuto metálico no se considera tóxico y supone una amenaza mínima para el medio ambiente. Los compuestos de bismuto suelen tener una solubilidad muy baja, pero deben manipularse con cuidado, ya que sólo hay información limitada sobre sus efectos y su destino en el medio ambiente.
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