Las vajillas son coleccionadas por muchas personas y, en muchos casos, un plato no es algo especial para alguien hasta que encuentran ese patrón o estampado único que les habla a un nivel de amor. Cuando eso ocurre, el gusto personal de una persona puede acabar siendo el responsable de conseguirle mucho dinero más adelante… Si deciden desprenderse de la vajilla que tanto les gusta.
La misma regla se aplica a la cristalería, la vajilla de servicio y los juegos completos, especialmente. Muchos tipos de vajilla tienen un valor tanto artístico como histórico, sobre todo en los Estados Unidos, donde no son raras las importaciones. Durante los siglos XVII y XVIII, las vajillas formales eran totalmente populares y se enviaban a todo el mundo. A medida que muchas personas emigraban a Estados Unidos, también traían consigo vajillas; con el paso del tiempo, el valor de éstas no hizo más que aumentar. En la actualidad, muchas personas descubren que la vajilla de sus abuelos o bisabuelos, que se ha transmitido de generación en generación, tiene un valor considerable. Tanto si alguien quiere vender como conservar una vajilla por su valor sentimental, es bueno saber qué buscar, la historia de ciertas vajillas populares y cuál es su valor real.
Vajilla de la Europa del siglo XVIII
En términos de cronología de la vajilla, Europa estaba un poco atrasada en lo que respecta a la elaboración de la suya propia. Sin embargo, eso no significa que la vajilla europea no sea valiosa: lo es. Cuando Europa comenzó a fabricar porcelana durante el siglo XVIII, hubo muchos fabricantes que consiguieron una vajilla hermosa y de marca, cada uno con su propio estilo, marcas e indicaciones que significaban lo raro y artesanal que era realmente. Alemania fue el primer país que se hizo con la porcelana, con la fundación de Meissen en 1710.