Nacido el 21 de agosto de 1858 en el Palacio de Laxenburg, al sur de Viena, Rudolf fue el tercer hijo y anhelado heredero del emperador Francisco José y la emperatriz Isabel.
Rudolf fue instruido por su padre en las virtudes militares de la disciplina, la obediencia y la resistencia, un enfoque que chocaba con la delicada constitución y el carácter sensible del niño. Al día siguiente de su nacimiento, el niño fue nombrado comandante de un regimiento de infantería por su orgulloso padre, y a los dos años Rudolf vistió su primer uniforme militar. La crianza y educación del niño se encomendó a un oficial de alto rango, el general de división Conde Leopold Gondrecourt. Sus métodos educativos rayaban en lo sádico: para endurecer al pequeño, que a ojos de su padre era demasiado sensible, Rodolfo era sometido a horas de rigurosos ejercicios militares en cualquier tiempo, o era despertado por disparos de pistola en mitad de la noche, lo que llevaba al niño al borde del colapso mental y físico.
El aislamiento del príncipe en su primera infancia se vio agravado por las dificultades que tuvo para establecer una relación con su madre, ya que Isabel estuvo ausente de la corte durante los primeros años de su vida. Ella misma tuvo grandes dificultades para hacer valer sus necesidades personales frente a las normas de la corte vienesa.
A su regreso a la corte de Viena, Elisabeth se encontró con que los métodos educativos a los que se había sometido su hijo lo habían convertido en una ruina mental y física. En este momento de crisis, Isabel hizo gala de su fuerza de voluntad, presentando a su marido un ultimátum en 1865: o tenía autoridad absoluta sobre la educación de sus hijos o dejaría la corte para siempre.
Franz Joseph cedió a las demandas de su esposa, lo que llevó a un cambio completo del programa educativo del príncipe heredero. Su nuevo tutor, el conde Joseph Latour von Thurmburg, tenía opiniones totalmente liberales. Pronto consiguió establecer una relación de confianza con el tímido niño, y hasta que Rodolfo completó su educación en 1877 siguió siendo la figura más influyente en la vida del príncipe, que era muy inteligente y estaba sediento de conocimientos. La educación de Rodolfo se centró menos en la formación militar que en la ciencia y el conocimiento general, que la aristocracia de la época consideraba poco más que pedantería y sofismas burgueses. El príncipe heredero recibió una educación al tanto de las corrientes contemporáneas, lo que le convirtió en un ardiente liberal abierto a nuevas ideas. Su contacto con intelectuales, eruditos y científicos le alejó de los ideales de la sociedad aristocrática. Sin embargo, muy a pesar del príncipe heredero, su padre no le permitió estudiar en la universidad, ya que esto habría sido impropio de su posición.
Rudolf – aprendiz de la corona
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