Hoy, 26 de febrero, es el Miércoles de Ceniza, una antigua fiesta religiosa que, para los católicos, es uno de los días más sagrados del año. El Miércoles de Ceniza es conocido por las cruces de ceniza que se manchan en las frentes durante todo el día, pero ¿cuántas personas saben lo que realmente representan las cenizas?
El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma, que, según la religión, son los 40 días de preparación para que Jesús resucite hasta el Domingo de Resurrección. La Cuaresma es un tiempo de reflexión y penitencia, y a menudo un tiempo de sacrificio; por eso los católicos no comen carne el miércoles de ceniza ni los viernes durante toda la Cuaresma. También es común que los observadores renuncien a algo que les gusta durante toda la Cuaresma.
Por supuesto, el Miércoles de Ceniza es más conocido por, bueno, las cenizas que lo acompañan. Para aquellos que no aprendieron sobre la historia de la festividad, puede ser realmente confuso (incluso las personas que son católicas y reciben sus cenizas el Miércoles de Ceniza pueden no saber exactamente por qué las reciben).
Las cenizas son representativas del polvo, o más específicamente, el polvo de un cadáver humano.
Cuando un cadáver humano se descompone, se convierte en polvo, o ceniza. Las cenizas que se colocan en la frente son un símbolo de ello. Cuando el sacerdote las aplica en forma de cruz sobre la frente de alguien, dirá: «Aléjate del pecado y cree en el Evangelio» o «Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás»
Si estás pensando que esto suena increíblemente morboso y deprimente, no estás exactamente equivocado. Pero la religión católica no lo ve así. Esto es parte de la Cuaresma, prepararse para la muerte.
El Espíritu Católico lo explica con más detalle:
«Por ejemplo, Abraham le dijo a Dios: ‘No soy más que polvo y cenizas’ (Génesis 18:27), una referencia a su mortalidad humana. Jeremías describió la muerte como un ‘valle de cadáveres y cenizas’ (Jeremías 31:40). Las cenizas son un signo ominoso, y las utilizamos el Miércoles de Ceniza para recordar nuestra propia muerte inminente. La muerte puede llegar antes, o puede llegar después, pero seguramente llegará».
Por supuesto, las cenizas no son realmente polvo de un cadáver humano (eso sería horroroso). Provienen de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. Las palmas se queman, luego se recogen las cenizas y se trituran hasta convertirlas en un polvo fino. Durante la misa del Miércoles de Ceniza, el sacerdote bendecirá las cenizas antes de aplicarlas a la frente de todos los presentes en la iglesia.
Así que la próxima vez que veas cenizas en la frente de alguien, o si te las das tú mismo, considera su verdadero propósito: recordarte que la vida es, según la fe católica, todo un preparativo para morir, para estar con Dios. Un poco morboso, pero también una parte muy importante de esta religión.
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