Entrenamiento del carisma: Edición de los frutos maduros
Si busca un buen punto de partida para ser más simpático, el Dr. Antonakis sugiere la narración de historias.
Las personas más carismáticas en una sala, dice, son las que hablan metafóricamente, aportando sustancia a una conversación mediante el uso ejemplar de anécdotas y comparaciones. No relatan los acontecimientos, sino que parafrasean la acción mientras utilizan gestos faciales, un lenguaje corporal enérgico e inflexiones vocales para enmarcar los puntos clave. Son expertos en utilizar la convicción moral y los reflejos del sentimiento del grupo, así como en emplear preguntas, incluso retóricas, que mantienen a la gente interesada. En resumen, simplemente cuentan una buena historia.
De hecho, al hablar con los expertos en carisma surgió un tema que se reconoce al instante para cualquiera que haya hecho un curso de oratoria o haya asistido a una reunión de Toastmasters: Las personas más carismáticas suelen ser los oradores más eficaces.
Sin embargo, el carisma va más allá de ser un orador refinado y atractivo. Las personas carismáticas caen bien no sólo porque pueden contar una buena historia, sino también por cómo hacen sentir a los demás. Además de ser graciosas y atractivas, las personas carismáticas son capaces de bloquear las distracciones, dejando a quienes interactúan con ellas con la sensación de que el tiempo se ha detenido y que son lo único que importa. Hacen que la gente se sienta mejor consigo misma, lo que les lleva a volver para futuras interacciones, o a prolongar las ya existentes, aunque sólo sea para saborear esos momentos.
La forma más rápida de ser más simpático es salir y practicar ser más simpático. Empieza en casa, eliminando tus propias dudas y concentrándote en cambio en ser un participante activo en las conversaciones e interacciones con los demás.
A partir de ahí, se requiere poco más que decir que sí a más invitaciones sociales, apuntarse a una clase de oratoria (o a un grupo local como Toastmasters) y seguir buscando formas de mostrar tus puntos fuertes mientras se nivelan tus puntos débiles. Cada interacción ofrece una oportunidad para practicar, estudiar y emplear nuevas estrategias.
Al igual que el aprendizaje de cualquier otra habilidad, a veces irá bien y a menudo no, sobre todo al principio. Pero si se piensa en el carisma como un árbol de habilidades, cada sesión de práctica no es más que una forma de repasar las muchas maneras de escalarlo.
Bryan Clark es un periodista de San Diego que vive en la intersección entre la tecnología y la cultura. Puedes seguirle en Twitter @bryanclark.