Si has leído «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas» de Lewis Carroll o has visto alguna de las adaptaciones cinematográficas, seguro que el Sombrerero Loco te ha impresionado. Es excéntrico, por no decir otra cosa, ya que preside una fiesta de té muy divertida a la que asiste Alicia.
Pero la idea de estar «loco como un sombrerero» (en el sentido británico, «mad» significa «loco») no surgió de Carroll. Y si usted, como Alicia, tiene tendencia a caer en las madrigueras de los conejos, esta frase es una auténtica delicia.
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«Aquí todos estamos locos»
El libro de Carroll se publicó en 1865, pero el Oxford English Dictionary sitúa el primer uso conocido de «mad as a hatter» en 1829. Es decir, tres décadas y media antes de que las liebres de marzo o los lirones tomaran el té, o de que el gato de Cheshire hiciera su famosa afirmación sobre la locura general. Se desconoce el origen real de la frase, pero se cree que está relacionada con el envenenamiento por mercurio de los sombrereros.
Varios años después de la aparición de Alicia, en 1883, se utilizó la frase «hatter’s shakes» (temblores del sombrerero) para describir la condición causada por el envenenamiento por mercurio. Los síntomas incluían temblores musculares, además de cambios mentales y de comportamiento. El Sombrerero se comporta de forma extraña en la novela (al igual que muchos otros personajes), pero sus amigos aceptan sus rarezas como algo habitual.
Hoy en día, el envenenamiento por mercurio es conocido por las comunidades médicas y científicas como erethism. La lista moderna de síntomas incluye la irritabilidad y la manía, que el Sombrerero padece. Pero también hay trastornos del sueño, depresión, alteraciones visuales, pérdida de audición y esos reveladores temblores, que el Sombrerero no parece tener.
Te alegrará saber que la exposición a corto plazo al mercurio puede causar erethism, pero normalmente desaparece si puedes evitar tocar o inhalar mercurio. La exposición a largo plazo, como la que experimentan los profesionales de la odontología y los trabajadores químicos, puede hacer que los síntomas persistan. En cualquier caso, el eretísmo es una enfermedad rara.
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«Entonces deberías decir lo que quieres decir»
En su juicio, el Sombrerero explica al Rey que no tiene sombreros propios porque vende todos los que tiene. Lo que nos lleva a la última parada de nuestra madriguera: ¿Qué tiene que ver el mercurio con los sombreros?
Es parte de un proceso llamado «carroting». Para hacer fieltro, que es de lo que están hechos muchos sombreros, hay que conseguir que la piel de un castor o un conejo se pegue en una alfombra de tejido grueso y rígido. Para conseguir que la piel se despegue limpiamente, se utilizaba nitrato de mercurio. Llegó a conocerse como zanahoria porque la solución volvía anaranjados los bordes de las pieles al secarse.
Los modernos lavadores de ropa utilizan peróxido de hidrógeno para quitar el pelaje de la piel, que es un proceso más lento pero mucho más seguro.
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