Desde que entraron por primera vez en el campo de visión del telescopio de Galileo en 1610, los anillos de Saturno han evocado una sensación de misterio. Durante cuatro siglos, los astrónomos los han contemplado, pero ninguno de sus intentos de explicar el porqué de la existencia de los anillos ha parecido nunca del todo correcto.
El mejor intento realizado hasta ahora se produjo el mes pasado: Robin Canup, del Southwest Research Institute de Boulder (Colorado), publicó en la revista Nature una nueva teoría sobre la formación de los anillos de Saturno. La teoría de Canup no sólo se ajusta a las observaciones mejor que ninguna otra, sino que además es impresionante.
Canup propuso que los anillos son los restos helados de una luna pasada. Cuando Saturno y sus satélites se formaron junto con el resto del sistema solar hace 4.500 millones de años, una de las grandes lunas de Saturno se formó demasiado cerca del planeta para mantener una órbita estable.
La luna comenzó a girar en espiral hacia dentro, y al hacerlo, la gravedad de Saturno arrancó sus capas exteriores heladas y las arrojó a la órbita para crear los anillos que vemos hoy. Después de 10.000 años de este desprendimiento, el núcleo rocoso sobrante de la luna finalmente se estrelló contra Saturno y se desmoronó.
Canup construyó un modelo informático que simula esta serie de acontecimientos. El modelo tiene en cuenta que entre el 90 y el 95 por ciento de los anillos de Saturno están compuestos de hielo. Canup cree que el restrock y el polvo proceden de los meteoritos que han salpicado los anillos durante miles de millones de años.
Según Larry Esposito, un destacado astrónomo planetario que trabaja en la misión Cassini de la NASA a Saturno, los modelos anteriores sostenían que los anillos de Saturno se originaron o bien a partir de una pequeña luna o de un cometa pasajero que fue despedazado por la gravedad del planeta. Sin embargo, esa idea no explicaba por qué los anillos son tan helados, ya que las lunas y los cometas contienen una gran cantidad de roca. La teoría del «hielo raspado» de Canup sí lo consigue. «Ha dado con una forma muy inteligente de explicar la composición del anillo», dijo Esposito a Life’s Little Mysteries.
Sin embargo, la nueva teoría no puede explicar todo lo que rodea a Saturno, como las pequeñas lunas que salpican las afueras de los anillos. «Su teoría sostiene que todo el material del anillo debería estar compuesto de hielo esas pequeñas lunas también», dijo Esposito. «Pero no lo están. Son rocosas»
Otro astrónomo de anillos, Matthew Tiscareno, de la Universidad de Cornell, dijo a Life’s Little Mysteries: «Aunque no es la última palabra, creo que la idea básica de Canup ha abierto lo que probablemente sea una línea de pensamiento muy productiva.»
Pero por el momento, mientras esas lunas rocosas siguen sin explicación, el misterio de los anillos de Saturno continúa.
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