¿Qué es el pensamiento divergente?
Definición de pensamiento divergente
El pensamiento divergente, a menudo denominado pensamiento lateral, es el proceso de creación de ideas o soluciones múltiples y únicas para un problema que se intenta resolver. A través de un pensamiento espontáneo y fluido, el pensamiento divergente requiere llegar a muchas respuestas o rutas diferentes hacia adelante.
Ventajas de utilizar el pensamiento divergente
El pensamiento divergente puede beneficiar a los procesos de trabajo de las siguientes maneras:
Las mejores soluciones posibles
Un pensador divergente explorará todas las soluciones posibles a un problema, aumentando la probabilidad de encontrar una solución que se adapte perfectamente a un problema concreto.
Aumento de la moral del equipo
Al descartar la primera idea, se anima a los equipos a pensar fuera de la caja y a ejercitar su creatividad. Esto fomenta el trabajo en equipo, ya que comparan ideas y trabajan colectivamente hacia un objetivo, lo que aumenta la moral del equipo.
Más flexibilidad
Cuando se enfrenta a un problema complejo, el pensamiento divergente permite a la dirección adaptar sus planes y procesos para encontrar una nueva solución adecuada, fomentando el desarrollo proactivo frente al pensamiento reactivo restrictivo.
Cómo implementar el pensamiento divergente
Demasiado pensamiento divergente puede llevar a una ideación interminable, y a ninguna solución.
Ahí es donde el pensamiento convergente resulta útil. El pensamiento convergente organiza y estructura las nuevas ideas, separando las que tienen valor de las que se pueden dejar atrás.
La resolución creativa de problemas comienza con el pensamiento divergente -para recoger las ideas que fluyen libremente- antes de hacerlas converger para que sean relevantes para el problema que se plantea.
Ambas etapas son fundamentales. La etapa divergente te empuja a explorar todas las opciones posibles, mientras que la etapa convergente te asegura que has elegido las soluciones más adecuadas dado el contexto.