Pablo Picasso es un nombre que es sinónimo tanto de arte como de genio revolucionario. Nacido en Málaga, España, el 25 de octubre de 1881, Picasso fue un prodigio que acabó trasladándose a Francia, donde trazó un nuevo camino para el mundo del arte. Lo que también hizo de Picasso una rareza fue el hecho de que fue un artista que pintó obras que fueron apreciadas mientras estaba vivo (normalmente, un artista muere antes de que el peso de su obra sea apreciado por el público, pensemos en Van Gogh). A lo largo de su larga y célebre carrera, Picasso pasó por varias fases artísticas: el Período Azul (1901-1904), el Período Rosa (1904-1906), el Primitivismo (1907-1909), el Cubismo (1909-1919), el Neoclasicismo y el Surrealismo (1919-1929), por nombrar algunas (el resto de la lista continúa hasta su muerte en 1973, a los 91 años). Lo cierto es que el mundo del arte, y hasta cierto punto la cultura popular, no volvió a ser el mismo tras la muerte de Picasso. No fue sólo uno más en una generación, sino uno más en una especie: un artista que rompió los límites de forma tan espectacular, que otros artistas sólo pudieron recoger los trozos que dejó en el suelo para aprender y comprender su brillantez. A continuación, AD presenta cinco datos menos conocidos sobre el genio andaluz.
En 1911, un hombre salió del Museo del Louvre de París con un cuadro que sobresalía de su chaqueta. El cuadro era la Mona Lisa de da Vinci. El hombre que robó el cuadro seguía siendo un misterio. Finalmente, tras semanas de búsqueda en la ciudad, las autoridades presentaron a dos sospechosos: un poeta llamado Guillaume Apollinaire y un joven artista llamado Pablo Picasso. Aunque los dos bohemios no eran santos, ciertamente no robaron la Mona Lisa. La razón por la que las autoridades francesas les persiguieron fue porque se supo que el asistente de Apollinaire había robado dos esculturas africanas del Louvre, y estas obras de arte fueron regaladas a Picasso. Según el libro de Norman Mailer, Portrait of Picasso as a Young Man, durante la vista judicial, Picasso estaba tan destrozado que rompió a llorar, marcando uno de los momentos más humillantes de su vida. Finalmente, el juez dejó a ambos en libertad. Años más tarde, en 1914, el cuadro fue finalmente encontrado en una casa italiana. Sin embargo, la grata noticia duró poco, ya que pocos días después estalló la Primera Guerra Mundial.