Aleteia – publicada el 13/12/17
Reserva también los ojos de mi alma, la fe, por la que puedo conocer a mi Dios…
Oh Santa Lucía, preferiste dejar que te arrancaran los ojos en lugar de renegar de la fe y mancillar tu alma; y Dios, por un milagro extraordinario, te los sustituyó por otro par de ojos sanos y perfectos para premiar tu virtud y tu fe, nombrándote protectora contra las enfermedades oculares. Acudo a ti para que protejas mi vista y cures la enfermedad de mis ojos.
Oh Santa Lucía, preserva la luz de mis ojos para que pueda ver las bellezas de la creación, el brillo del sol, el color de las flores y la sonrisa de los niños.
Preserva también los ojos de mi alma, la fe, a través de la cual puedo conocer a mi Dios, entender sus enseñanzas, reconocer su amor por mí y no perder nunca el camino que me lleva a donde tú, Santa Lucía, te puedes encontrar en compañía de los ángeles y los santos.
Santa Lucía, protege mis ojos y preserva mi fe. Amén.
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