La historia de Matthew Shepard comenzó el 1 de diciembre de 1976 cuando nació de Judy y Dennis Shepard en Casper, Wyoming. Fue a la escuela pública de Casper hasta su primer año de instituto, cuando se trasladó con su familia a Arabia Saudí. Matt completó su educación secundaria en la Escuela Americana de Suiza porque en ese momento no había escuelas secundarias americanas en Arabia Saudí. En ambos institutos, fue elegido por sus compañeros para ser consejero. Era fácil hablar con él, hacía amigos con facilidad y luchaba activamente por la aceptación de todas las personas.
Matt tenía una gran pasión por la igualdad. Sus experiencias en el extranjero alimentaron su amor por los viajes y le dieron la oportunidad de hacer muchos amigos nuevos de todo el mundo. La carrera universitaria de Matt le llevó finalmente a Wyoming, donde estudió ciencias políticas, relaciones exteriores e idiomas en la Universidad de Wyoming en Laramie.
Los horribles sucesos que tuvieron lugar poco después de la medianoche del 7 de octubre de 1998 se convertirían en uno de los crímenes de odio contra los homosexuales más notorios de la historia de Estados Unidos y dieron lugar a un movimiento activista que, más de una década después, daría lugar a la aprobación de la Ley de Prevención de Crímenes de Odio de Matthew Shepard y James Byrd, Jr, una ley federal contra los crímenes por prejuicio dirigidos a lesbianas, gays, bisexuales o transexuales. Dos hombres, Aaron McKinney y Russell Henderson, secuestraron a Matt y lo llevaron a una zona remota al este de Laramie, Wyoming. Lo ataron a una valla de raíles divididos donde los dos hombres lo agredieron gravemente con la culata de una pistola. Lo golpearon y lo dejaron morir en el frío de la noche. Casi 18 horas después, fue encontrado por un ciclista que inicialmente lo confundió con un espantapájaros.
Matt murió el 12 de octubre a las 12:53 de la mañana en el Hospital Poudre Valley de Fort Collins, Colorado, con su familia a su lado. A su funeral asistieron amigos y familiares de todo el mundo y obtuvo una inmensa atención de los medios de comunicación que llevó la historia de Matt a la vanguardia de la lucha contra el fanatismo y el odio.
La vida y la muerte de Matthew Shepard cambiaron la forma en que hablamos y tratamos el odio en Estados Unidos. Desde su muerte, el legado de Matt ha desafiado e inspirado a millones de personas a borrar el odio en todas sus formas. Aunque la vida de Matt fue corta, su historia sigue teniendo un gran impacto en jóvenes y mayores. Su legado sigue vivo en miles de personas que luchan activamente por sustituir el odio por la comprensión, la compasión y la aceptación.