El neurofeedback, una forma específica de biorretroalimentación, está diseñado para monitorizar, cuantificar y entrenar las ondas cerebrales en tiempo real con el fin de ayudar a las personas a aumentar su capacidad para regular la función cerebral. Para ello se utiliza un equipo especializado -normalmente un electroencefalógrafo (EEG)- que mide y registra la actividad eléctrica del cerebro. A continuación, los expertos trabajan con esta información para promover la actividad cerebral positiva y/o identificar y tratar cualquier área del cerebro que pueda estar experimentando una desregulación.
Este enfoque del tratamiento, que también se conoce como neurobiofeedback, biorretroalimentación EEG, biorretroalimentación de ondas cerebrales y neuroterapia, es un proceso no invasivo, y tanto los proveedores como las personas que reciben el tratamiento informan de que es completamente seguro y sin dolor.
- Historia y desarrollo
- Cómo funciona el neurofeedback
- Usando el neurofeedback para la terapia
- ¿Cómo puede ayudar el neurofeedback?
- Certificarse en Neurofeedback
- Preocupaciones y limitaciones
- Las ondas beta son rápidas, tienen una amplitud baja y se asocian con el estado de alerta y la excitación, así como con la actividad cognitiva comprometida.
- Las ondas alfa son más lentas, tienen una amplitud mayor que las ondas beta y se asocian con la no excitación, la coordinación mental, el aprendizaje y la integración mente-cuerpo. La meditación, la reflexión en silencio, hacer una pausa en el trabajo o dar un paseo son actividades que se cree que promueven la producción de ondas alfa.
- Las ondas Theta, que son más lentas y tienen una mayor amplitud que las ondas alfa, se asocian con la memoria, el aprendizaje, las imágenes vívidas, la información subconsciente y una mayor conciencia de las señales internas. Estas ondas cerebrales tienden a generarse cuando un individuo está realizando una tarea consistente y repetitiva de la que es posible desengancharse mentalmente.
- Las ondas delta, las ondas cerebrales más lentas, también tienen la mayor amplitud. Se asocian con el sueño profundo sin sueños, la regeneración y la curación.
- Estresión postraumática
- Problemas emocionales
- Ansiedad La neurorretroalimentación ayuda al cerebro a recuperar su funcionamiento óptimo, y los defensores del enfoque creen que las personas en tratamiento a menudo pueden aprender a regular sus propias ondas cerebrales.
- Depresión
- Estrés
- Problemas de intimidad
- Enfado
- Adicción
- Esquizofrenia
Historia y desarrollo
En 1924, el psiquiatra alemán Hans Berger realizó el primer registro de EEG del mundo, utilizando un galvanómetro balístico y dos electrodos para tomar lecturas de un chico de 17 años que estaba siendo sometido a una operación neuroquirúrgica. Berger publicó entonces 14 estudios sobre su investigación de los EEG y acuñó los términos «onda alfa» y «onda beta», sentando las bases para el trabajo futuro en neurociencia, neurocirugía y neurofeedback.
El trabajo de Joe Kamiya y Barry Steadman ayudó a avanzar significativamente el neurofeedback en la década de 1960. Kamiya, considerado el padre de la neurorretroalimentación moderna, realizó investigaciones sobre las ondas alfa, demostrando que las personas podían aprender a controlar conscientemente su actividad cerebral y entrar en el «estado alfa», un estado mental estrechamente relacionado con la relajación y el alivio del estrés. Esta fue la primera demostración válida del entrenamiento de neuro-retroalimentación EEG en humanos.
Mientras Steadman realizaba investigaciones sobre el sueño en 1965, descubrió accidentalmente que los gatos podían ser entrenados para aumentar su ritmo sensoriomotor (el ritmo EEG sobre la corteza sensoriomotora) mediante el uso de recompensas de comida. Años más tarde, mientras Steadman investigaba los efectos sobre la salud de la exposición al combustible de alunizaje para la NASA, descubrió que los gatos que habían sido entrenados en su laboratorio para aumentar su ritmo sensoriomotor eran mucho más resistentes a los efectos convulsivos del producto químico y menos propensos a sufrir convulsiones que los demás gatos expuestos a la sustancia. Más tarde, reprodujo sus hallazgos utilizando monos rhesus, y finalmente demostró que los seres humanos con epilepsia podían aprender a reducir sus convulsiones mediante el uso de este entrenamiento del ritmo sensoriomotor,
Durante la década de 1970, la neurorretroalimentación llamó la atención de las personas que se dedicaban activamente a la meditación y buscaban el crecimiento espiritual y la iluminación. Como resultado, la técnica se ganó una reputación negativa como ciencia marginal entre muchos investigadores de la época. Sin embargo, con el tiempo, los beneficios del uso de la neurorretroalimentación en el tratamiento de la salud mental y los problemas médicos se hicieron más evidentes. Este cambio de perspectiva, junto con una serie de avances en la tecnología informática, han ayudado a que el enfoque se convierta en una técnica científica que no es infrecuente en la salud mental y la práctica médica de hoy.
Cómo funciona el Neurofeedback
Un electroencefalograma (EEG) utiliza electrodos, sensores que se colocan en el cuero cabelludo, para medir la actividad cerebral siguiendo patrones eléctricos en la superficie del cuero cabelludo de un momento a otro. Estas mediciones son un reflejo de la actividad cortical del individuo, o de las ondas cerebrales.
Hay cuatro tipos básicos de ondas cerebrales:
El cerebro humano está diseñado para adaptarse a diferentes entornos, estados de ánimo y actividades. Aunque un tipo de onda cerebral puede ser dominante durante una actividad concreta, las otras siguen activas, aunque a niveles más bajos. Sin embargo, una serie de factores pueden contribuir a que el cerebro se desregule, y un cerebro desregulado puede estar excesivamente activo cuando debería estar tranquilo o poco estimulado cuando debería estar concentrado. Aunque el cerebro tiende a corregir este tipo de contratiempos por sí mismo, en ocasiones no se realizan los ajustes correctivos y, con el tiempo, la actividad cerebral desregulada puede convertirse en rutina.
La neurorretroalimentación puede ayudar a las personas que experimentan una desregulación neuronal a aprender a reentrenar su cerebro y a recuperar un funcionamiento neuronal óptimo. Durante el tratamiento, se realiza un seguimiento de la actividad de las ondas cerebrales de una persona, y esta información se comunica al individuo con señales auditivas y/o visuales. Estas señales ayudan a la persona en tratamiento a reconocer cuándo se producen ondas cerebrales deseadas y no deseadas, y gradualmente, los individuos pueden aprender a maximizar conscientemente la producción de ondas cerebrales deseadas y minimizar la producción de ondas cerebrales no deseadas para cualquier situación dada.
Utilización de la neurorretroalimentación para la terapia
Una sesión típica de neurorretroalimentación puede durar entre 30 y 60 minutos, y las sesiones pueden celebrarse dos o tres veces por semana. Es probable que la experiencia de neurofeedback varíe de un centro a otro. Algunos centros limitan su equipamiento a un monitor de ordenador, dos sensores de ondas cerebrales, dos sensores de oído y una toma de tierra. Otros centros pueden utilizar una gorra especializada equipada con diecinueve sensores ajustados y ofrecer servicios que pueden ayudar a entrenar múltiples áreas cerebrales a la vez. Además, algunos centros pueden ofrecer entrenamiento de neurorretroalimentación en forma de un videojuego que se juega mientras se monitoriza la actividad cerebral. Otras instalaciones pueden utilizar sistemas de entrenamiento cerebral que no requieren ninguna entrada o actividad consciente: la persona en tratamiento simplemente se sienta y observa el monitor.
A pesar de estas diferencias, hay características que permanecen constantes en todas las sesiones de neurofeedback: No se experimentan descargas eléctricas, ningún equipo entra en el cuerpo y todo el procedimiento es indoloro.
¿Cómo puede ayudar el neurofeedback?
La neurorretroalimentación ayuda al cerebro a recuperar su funcionamiento óptimo, y los defensores del enfoque creen que las personas en tratamiento a menudo pueden aprender a regular sus propias ondas cerebrales. A través de este tipo de autorregulación, los individuos pueden llegar a ser capaces de influir conscientemente en su estado y función cerebral actual.
Los terapeutas de la neurorretroalimentación creen que un cerebro regulado responde mejor a la intervención terapéutica. Como resultado, la neurorretroalimentación se ha utilizado como terapia complementaria en el tratamiento de una serie de preocupaciones, tales como:
El tratamiento de la epilepsia, la demencia, la fatiga y otros problemas de sueño también podría incluir el neurofeedback.
También se han realizado varios estudios sobre el uso del neurofeedback en el tratamiento del déficit de atención e hiperactividad. En un estudio de 2012, 91 niños y adolescentes con TDAH fueron separados al azar en tres grupos. El primer grupo recibió sólo tratamiento de neurofeedback, el segundo grupo sólo recibió medicación, y el tercer grupo recibió tanto neurofeedback como medicación. Al final del estudio, los padres informaron de mejoras significativas en sus hijos, pero no hubo diferencias significativas entre los tres grupos de tratamiento.
En un segundo experimento realizado en 2013 se administró a 41 niños con TDAH neurofeedback o neurofeedback con placebo. Los niños de ambos grupos mostraron mejoras con el tiempo, pero no hubo diferencias significativas entre la neurorretroalimentación EEG y el tratamiento con placebo. Varios otros estudios que examinan la eficacia de la neurorretroalimentación en el tratamiento del TDAH han hecho hallazgos similares.
En una revisión de 2012 de la evidencia clínica existente, los investigadores encontraron que la neurorretroalimentación puede ser eficaz como terapia adyuvante en el tratamiento del TDAH, pero no había suficiente evidencia para apoyar el uso de la neurorretroalimentación como único enfoque de tratamiento. Un meta-análisis de 2016 de 13 ensayos aleatorios de control no apoyó la neurorretroalimentación como un tratamiento eficaz. Sin embargo, la evidencia para el neurofeedback sigue creciendo. En 2012, la Academia Americana de Pediatría dio a la neurorretroalimentación un nivel 1 de «mejor apoyo» para el tratamiento del TDAH.
Certificarse en neurofeedback
La certificación en neurofeedback EEG está disponible en la Biofeedback Certification International Alliance (BCIA) y es válida durante cuatro años. Para obtener la certificación de la BCIA los solicitantes deben tener un título aceptable en un campo de la salud mental aprobado, cumplir con los requisitos de formación clínica y educación didáctica, completar con éxito un examen de certificación escrito, y seguir los Estándares Profesionales y Principios Éticos de Biofeedback de la BCIA.
Preocupaciones y Limitaciones
Aunque las ondas cerebrales específicas están asociadas con estados mentales específicos, no hay evidencia de que estos estados mentales sean causados por estas ondas cerebrales. Los defensores de la neurorretroalimentación afirman que el enfoque está basado en la evidencia, pero un número de profesionales de la salud mental argumentan que la investigación de apoyo es limitada y carece de rigor. En consecuencia, algunos expertos consideran que la neurorretroalimentación es una técnica experimental que puede ser beneficiosa, pero que aún no se ha establecido como válida.
Debido al equipo especializado que se necesita para la biorretroalimentación del EEG, las personas que quieren utilizar esta técnica terapéutica pueden tener dificultades para encontrar instalaciones de buena reputación para el tratamiento. También parece haber pocos beneficios terapéuticos que sean exclusivos de la neuroterapia. Además, el entrenamiento en neurofeedback no suele ofrecerse de forma aislada, y factores como el establecimiento de una alianza terapéutica, la psicoterapia, la modificación de la conducta, la relajación, el entrenamiento en autocontrol o el efecto placebo podrían contribuir a mejorar la actividad de las ondas cerebrales.
Una cuarta limitación es el coste relativamente elevado de la terapia de neurorretroalimentación, especialmente cuando se compara con otras formas de tratamiento para las que existe un claro apoyo empírico. Los clínicos pueden incluso animar a las personas en terapia a realizar pruebas que no son parte integrante del tratamiento. Por ejemplo, algunos profesionales de la neurorretroalimentación pueden utilizar varios algoritmos informáticos para procesar los datos del EEG con el fin de producir el qEEG (EEG cuantitativo).El QEEG, a veces denominado mapeo cerebral, es utilizado por algunos expertos para rastrear la función cerebral y cómo cambia con intervenciones como el entrenamiento de neurorretroalimentación. Aunque el qEEG tiene algunos usos médicos -en particular, en el tratamiento de personas con epilepsia-, no es necesario hacer un qEEG para la neuroterapia. Al animar a los individuos a hacer un qEEG, algunos practicantes pueden ir más allá de lo que se ha demostrado en la literatura y hacer afirmaciones que no están respaldadas por la investigación empírica.
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