Las lluvias de abril traen las flores de mayo… ¡y las setas! Muchos habitantes de Michigan están soñando con la recolección de setas silvestres con el deshielo temprano, especialmente las codiciadas colmenillas de primavera, pero ¿sabe usted que algunas setas comestibles todavía pueden hacerle daño? De las 2.500 especies de setas grandes y carnosas que hay en Michigan, sólo entre 60 y 100 de ellas se consideran generalmente seguras para comer. Esa frase debería hacer que le vengan a la cabeza dos preguntas: ¿por qué 60-100 y no un número exacto, y qué significa «generalmente»?
Las respuestas a esas dos preguntas están relacionadas. «Generalmente» indica que, en la mayoría de los casos, la seta se consume sin efectos nocivos si se ha manipulado y cocinado correctamente. Sin embargo, siempre hay excepciones a las reglas y, a veces, los expertos en setas no se ponen de acuerdo sobre la probabilidad de que una seta concreta cause una enfermedad. Por ejemplo, las morillas verdaderas (Morchella spp.) suelen ser seguras de comer siempre que se hayan cocinado bien. Sin embargo, comer colmenillas crudas puede causar molestias gástricas. Además, algunas personas son alérgicas o intolerantes a ciertos tipos de colmenillas. Por estas razones, las colmenillas se consideran generalmente seguras de comer, pero deben consumirse con precaución la primera vez. Otro ejemplo es el «pollo del bosque» o estante de azufre (Letiporus sulfureus). La comestibilidad general de esta seta depende del tipo de árbol en el que crezca. Normalmente, esta especie, si se recoge de árboles de madera dura es comestible, pero las que se recogen de coníferas o langostas son frecuentemente tóxicas.
En Michigan, hay 50 especies de setas grandes y carnosas que se sabe que son tóxicas para los humanos. Los niveles de toxicidad varían entre las especies y van desde «veneno mortal» hasta «malestar gástrico ocasional». Varias de las especies mortales, especialmente las de la familia Amanita, son extremadamente peligrosas porque los síntomas no se desarrollan hasta 6-36 horas después de la ingestión, que es demasiado tarde para el único antídoto: un lavado de estómago. Otro grupo de setas venenosas que hay que tener en cuenta esta primavera son las falsas morillas. Entre ellas se encuentran la Gyromitra esculenta (también llamada beefsteak), la Verpa conica y la Verpa bohemica. Se suelen confundir con las verdaderas colmenillas porque tienen un aspecto similar y crecen junto a ellas. Sin embargo, pueden tener resultados mortales. Aunque algunas personas han comido estas setas sin enfermarse, suelen provocar vómitos, diarrea y calambres, y pueden causar insuficiencia renal y la muerte. La cantidad de veneno puede variar de una seta a otra, lo que lleva a la gente a pensar que si comió una y sobrevivió, puede comer otras, lo que no es cierto. Las setas venenosas también pueden provocar reacciones de tipo alérgico, o causar reacciones alucinógenas.
La Extensión de la Universidad Estatal de Michigan recomienda lo siguiente para evitar el envenenamiento por setas:
- No coma nunca ninguna seta a menos que esté seguro de su identificación.
- Cocine bien todas las setas y no coma nunca una seta silvestre cruda.
- Tenga cuidado la primera vez que coma una seta nueva: consuma sólo una pequeña cantidad y espere varias horas para asegurarse de que no hay reacción. Algunas especies de setas reaccionan con el alcohol, así que asegúrese de saber cuáles lo hacen y evite el alcohol (durante 2 ó 3 días) con el consumo de esas especies.
- Guarde una pequeña porción de cualquier seta nueva que consuma, ya que será útil para el personal médico en caso de que haga que alguien enferme.
- Nunca pruebe setas que no se consideren generalmente seguras para comer. Para obtener más información sobre las setas comestibles visite Midwest American Mycological Instruction o descargue «Don’t Pick Poison», que es una gran guía sobre las setas venenosas en Michigan.