Los efectos de la migración pueden ser muy variados. La forma más común de migración es la forma en que los pendientes pesados de pequeño calibre migran hacia abajo fuera del lóbulo de la oreja, como es común en las mujeres mayores que han llevado pendientes la mayor parte de su vida. Esto se conoce como el «efecto cortador de queso», ya que su acción se compara fácilmente con el método de cortar queso con un alambre fino. La joyería contemporánea para perforar el cuerpo y las orejas está mucho más equilibrada en su relación entre peso y calibre, aunque la migración sigue siendo posible con joyas pesadas, incluso si son de gran calibre.
El juego o el movimiento de la zona perforada o implantada también puede provocar la migración, pero no es probable. A veces esto puede ocurrir sin que se cree una herida abierta, ya que la fístula se estira en una dirección y el tejido se rellena detrás. Esto no es infrecuente en los piercings de la lengua, aunque la migración suele detenerse antes de que la joya salga del cuerpo.
Los daños en el tejido que rodea el piercing también pueden provocar la migración. Un piercing dañado, al igual que un piercing fresco, debe curar la fístula que atraviesa, y la joya puede empezar a migrar en la dirección de la herida, dañando aún más la fístula mientras se mueve. En caso de que la fístula se cure, la migración puede detenerse, aunque puede ser que se incline a seguir migrando, ya que el área de tejido que se ha vuelto a curar puede no ser tan fuerte como lo era la fístula original.
La migración también puede ser causada por el rechazo del cuerpo al material del que está hecha la joya. Al igual que una astilla u otro objeto extraño, el cuerpo tratará de expulsar el material extraño, especialmente si irrita el tejido circundante. La joyería corporal contemporánea está hecha de materiales de implante de grado quirúrgico, por lo que con el cuidado adecuado durante la fase de curación y una buena higiene, esto es raro.
La presión, especialmente la presión causada por piercings de superficie, ombligo y cejas mal realizados, a menudo conduce a la migración. Una joyería adecuada y hecha a medida puede reducir el riesgo de migración asociado a estos piercings, aunque no puede eliminarlo. Este tipo de migración se acompaña a veces de un rechazo debido a un drenaje inadecuado por la longitud del piercing, ya que el tejido muerto se acumula en la fístula de cicatrización.