Lo que hace que el gaslighting sea tan peligroso es que a menudo no nos damos cuenta de que nos está ocurriendo hasta años después. «Es una técnica utilizada para manipular y distorsionar. Cuanto mayor es el nivel de duda sobre uno mismo, más fácil le resulta al gaslighter dictar las situaciones a su gusto», explica Sarah Jane Crosby, psicoterapeuta de Dublín. Es un alivio saber que no soy la única que no pudo ver las señales». Crosby dice que, como el gaslighting es un término relativamente nuevo, muchos de nosotros nunca tuvimos el lenguaje para defendernos, y mucho menos para identificar cómo nos sentíamos. «Como colectivo, ha sido algo de lo que hemos sido en gran medida inconscientes»
Pero eso está cambiando lentamente. Afortunadamente, Crosby demuestra que es posible tener la previsión y las herramientas para detener a un gaslighter en su camino (para que, a diferencia de mí, no pases otro momento atado a una situación de abuso que asumiste que era tu culpa). En una serie de publicaciones recientes en Instagram, ofrece consejos tangibles sobre cómo identificar a un gaslighter («sus acciones no coinciden con sus palabras, mienten y niegan cosas incluso cuando hay pruebas, e intentan bloquear o no apoyan tu crecimiento»), seguidos de frases comunes que los gaslighters utilizan para aprovechar su poder («¿Por qué estás tan sensible? ¿No puedes dejarlo ya? ¿Cómo te las arreglarías sin mí?»). Por último, proporciona un guión que puedes tomar prestado la próxima vez que estés en medio de una conversación con un gaslighter y necesites ponerle en su sitio.
Frases para acabar con un gaslighting en cualquier situación
- «Recordamos las cosas de forma diferente.»
- «Si sigues hablándome así no me comprometo.»
- «Te escucho y esa no es mi experiencia.»
- «Me alejo de esta conversación.»
- «No me interesa debatir lo que pasó contigo.»
- «Hablaré contigo de . No estoy dispuesto a hablar contigo sobre .»
A menudo asociamos el gaslighting con las relaciones románticas, pero la oficina también puede ser un caldo de cultivo para esta insidiosa forma de abuso emocional. Si te está ocurriendo, Crosby te anima a hablar con RRHH. «Cuando esto no es posible, hay que trabajar en la formación de límites sólidos en torno a lo que estamos dispuestos a dar y decir a este individuo», dice. Abandonar dicha situación es la forma más eficaz de protección, pero puede que no siempre sea factible, especialmente en un entorno de oficina. En ese caso, Crosby te recomienda «registrar tu realidad» y charlar sobre tus experiencias con un terapeuta cada semana, y hacerte con cualquier material de lectura relacionado (como este o este).
Independientemente del contexto, Crosby te insta a recordar que el abuso emocional no es culpa tuya, sino de la elección del abusador. «Con amabilidad y compasión, toma toda la energía que hemos estado dando a estas relaciones y enfócala hacia adentro. Es hora de volver a casa con uno mismo», dice.
Aquí se explica cómo apagar a un narcisista y cómo detener a un mentiroso.