El siguiente ensayo se reproduce con permiso de The Conversation, una publicación online que cubre las últimas investigaciones.
Cuando necesitas recordar un número de teléfono, una lista de la compra o un conjunto de instrucciones, confías en lo que los psicólogos y neurocientíficos denominan memoria de trabajo. Se trata de la capacidad de retener y manipular información en la mente, durante intervalos breves. Es para cosas que son importantes para ti en el momento presente, pero no dentro de 20 años.
Los investigadores creen que la memoria de trabajo es fundamental para el funcionamiento de la mente. Se correlaciona con muchas habilidades y resultados más generales -cosas como la inteligencia y el rendimiento escolar- y está vinculada a procesos sensoriales básicos.
Dado su papel central en nuestra vida mental, y el hecho de que somos conscientes de al menos algunos de sus contenidos, la memoria de trabajo puede llegar a ser importante en nuestra búsqueda para entender la conciencia misma. Los psicólogos y los neurocientíficos se centran en diferentes aspectos cuando investigan la memoria de trabajo: Los psicólogos tratan de determinar las funciones del sistema, mientras que los neurocientíficos se centran más en sus fundamentos neuronales. He aquí una instantánea de la situación actual de la investigación.
¿Cuánta memoria de trabajo tenemos?
La capacidad es limitada: sólo podemos mantener una cierta cantidad de información «en la mente» en un momento dado. Pero los investigadores debaten la naturaleza de este límite.
Muchos sugieren que la memoria de trabajo puede almacenar un número limitado de «elementos» o «trozos» de información. Pueden ser dígitos, letras, palabras u otras unidades. Las investigaciones han demostrado que el número de bits que pueden guardarse en la memoria puede depender del tipo de elemento -sabores de helado en oferta frente a dígitos de pi-.
Una teoría alternativa sugiere que la memoria de trabajo actúa como un recurso continuo que se comparte entre toda la información recordada. Dependiendo de sus objetivos, diferentes partes de la información recordada pueden recibir diferentes cantidades de recursos. Los neurocientíficos han sugerido que este recurso podría ser la actividad neuronal, con diferentes partes de la información recordada que tienen cantidades variables de actividad dedicada a ellos, dependiendo de las prioridades actuales.
Un enfoque teórico diferente en cambio sostiene que el límite de la capacidad surge porque los diferentes elementos interferirán entre sí en la memoria.
Y, por supuesto, los recuerdos se deterioran con el tiempo, aunque ensayar la información que está en la memoria de trabajo parece mitigar ese proceso. Lo que los investigadores denominan ensayo de mantenimiento consiste en repetir la información mentalmente sin tener en cuenta su significado; por ejemplo, repasar una lista de la compra y recordar los artículos como si fueran palabras, sin tener en cuenta la comida en la que se convertirán.
En cambio, el ensayo elaborativo implica dar un significado a la información y asociarla con otra información. Por ejemplo, la mnemotecnia facilita el ensayo elaborativo al asociar la primera letra de cada uno de los elementos de una lista con alguna otra información que ya está almacenada en la memoria. Parece que sólo el ensayo elaborativo puede ayudar a consolidar la información de la memoria de trabajo en una forma más duradera, denominada memoria a largo plazo.
En el ámbito visual, el ensayo puede implicar movimientos oculares, estando la información visual vinculada a la ubicación espacial. En otras palabras, las personas pueden mirar la ubicación de la información recordada después de que haya desaparecido para recordar dónde estaba.
Memoria de trabajo frente a memoria a largo plazo
La memoria a largo plazo se caracteriza por una capacidad de almacenamiento mucho mayor. La información que guarda es también más duradera y estable. La memoria a largo plazo puede contener información sobre episodios de la vida de una persona, semántica o conocimientos, así como tipos de información más implícitos, como la forma de utilizar objetos o de mover el cuerpo de determinadas maneras (habilidades motoras).
Los investigadores han considerado durante mucho tiempo que la memoria de trabajo es una puerta de entrada al almacenamiento a largo plazo. Si se ensaya lo suficiente la información en la memoria de trabajo, el recuerdo puede ser más permanente.
La neurociencia hace una clara distinción entre ambas. Sostiene que la memoria de trabajo está relacionada con la activación temporal de las neuronas en el cerebro. En cambio, se cree que la memoria a largo plazo está relacionada con cambios físicos en las neuronas y sus conexiones. Esto puede explicar la naturaleza a corto plazo de la memoria de trabajo, así como su mayor susceptibilidad a las interrupciones o choques físicos.
¿Cómo cambia la memoria de trabajo a lo largo de la vida?
El rendimiento en las pruebas de memoria de trabajo mejora a lo largo de la infancia. Su capacidad es un importante motor del desarrollo cognitivo. El rendimiento en las pruebas de evaluación aumenta de forma constante durante la infancia, la niñez y la adolescencia. A continuación, el rendimiento alcanza un máximo en la edad adulta. Por otro lado, la memoria de trabajo es una de las capacidades cognitivas más sensibles al envejecimiento, y el rendimiento en estas pruebas disminuye en la vejez.
Se cree que el aumento y la disminución de la capacidad de la memoria de trabajo a lo largo de la vida están relacionados con el desarrollo normal y la degradación de la corteza prefrontal en el cerebro, un área responsable de las funciones cognitivas superiores.
Sabemos que los daños en la corteza prefrontal provocan déficits en la memoria de trabajo (junto con muchos otros cambios). Y las grabaciones de la actividad neuronal en la corteza prefrontal muestran que esta área está activa durante el «período de retardo» entre el momento en que se presenta un estímulo a un observador y cuando debe dar una respuesta, es decir, el tiempo durante el cual está tratando de recordar la información.
Diversas enfermedades mentales, entre ellas la esquizofrenia y la depresión, se asocian con una disminución del funcionamiento de la corteza prefrontal, que puede revelarse mediante neuroimagen. Por la misma razón, estas enfermedades también se asocian a una disminución de la capacidad de la memoria de trabajo. Curiosamente, en el caso de los pacientes esquizofrénicos, este déficit parece más marcado en las tareas de memoria de trabajo visual que en las verbales. En la infancia, los déficits de memoria de trabajo están relacionados con dificultades en la atención, la lectura y el lenguaje.
Memoria de trabajo y otras funciones cognitivas
La corteza prefrontal está asociada a una amplia gama de otras funciones importantes, como la personalidad, la planificación y la toma de decisiones. Cualquier disminución en el funcionamiento de esta área es probable que afecte a muchos aspectos diferentes de la cognición, la emoción y el comportamiento.
Críticamente, se cree que muchas de estas funciones prefrontales están íntimamente ligadas a la memoria de trabajo, y quizás dependen de ella. Por ejemplo, la planificación y la toma de decisiones requieren que ya tengamos «en mente» la información relevante para formular un curso de acción.
Una teoría de la arquitectura cognitiva, llamada Teoría del Espacio de Trabajo Global, se basa en la memoria de trabajo. Sugiere que la información mantenida temporalmente «en la mente» forma parte de un «espacio de trabajo global» en la mente que se conecta con muchos otros procesos cognitivos y también determina de qué somos conscientes en un momento dado. Dado que esta teoría sugiere que la memoria de trabajo determina aquello de lo que somos conscientes, entender más sobre ella puede convertirse en una parte importante para resolver el misterio de la conciencia.
Mejorar su memoria de trabajo
Hay algunas pruebas de que es posible entrenar su memoria de trabajo utilizando tareas interactivas, como juegos sencillos para niños que implican la capacidad de memoria. Se ha sugerido que este entrenamiento puede ayudar a mejorar las puntuaciones en otro tipo de tareas, como las que implican vocabulario y matemáticas. También hay pruebas de que el entrenamiento para reforzar la memoria de trabajo puede mejorar el rendimiento de los niños con enfermedades específicas, como el TDAH. Sin embargo, las revisiones de las investigaciones suelen concluir que los beneficios son efímeros y específicos de la tarea entrenada.
Además, las mejoras encontradas en algunos de estos estudios podrían deberse a que se aprende a utilizar de forma más eficiente los recursos de la memoria de trabajo, en lugar de aumentar su capacidad. La esperanza de este tipo de entrenamiento es que podamos encontrar tareas relativamente sencillas que mejoren el rendimiento no solo en la tarea en sí, sino que también se transfieran a una serie de otras aplicaciones.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el artículo original.