¿Alguna vez te parece que cuando te duele el cuello también acabas mareado? O parece que ciertos movimientos o posturas del cuello te hacen sentir mareado?
Si es así, es posible que tu cuello esté contribuyendo a tus mareos. Los estudios han demostrado que los mareos pueden afectar a entre el 20 y el 30% de la población, y hay un montón de causas potenciales que incluyen trastornos del sistema cardiovascular, neurológico o vestibular.
Otra causa potencial son los mareos cervicogénicos: desequilibrios o mareos que surgen del cuello. Como causa independiente de los mareos, los mareos cervicogénicos son controvertidos. Sin embargo, se están llevando a cabo más investigaciones en este ámbito, lo que permite comprender mejor cómo interactúan los distintos sistemas del cuerpo.
Sabemos que la información propioceptiva del cuello ayuda a coordinar el movimiento de los ojos, la postura corporal y el equilibrio. Además, los estudios han demostrado que una inyección anestésica en los nervios de la parte superior del cuello puede producir mareos y nistagmo (movimiento involuntario de los ojos producido por la parte del cerebro encargada de procesar la información sobre el movimiento de la cabeza).
También se ha demostrado que la estimulación eléctrica de los músculos cervicales puede inducir la sensación de inclinación o caída, por lo que podemos decir que tenemos la certeza de que existe una conexión anatómica.
¿Cómo puedo saber si tengo mareos cervicogénicos?
En primer lugar, es importante descartar otras causas de mareo, por lo que es muy recomendable que consulte a su médico de cabecera o a un fisioterapeuta con formación en rehabilitación vestibular. Los mareos cervicogénicos pueden ser difíciles de diagnosticar porque no existen pruebas diagnósticas definitivas para confirmarlos. Sin embargo, los siguientes hallazgos son sugestivos de vértigo cervicogénico:
- Mareos que empeoran con ciertos movimientos de la cabeza o después de mantener una posición durante mucho tiempo (como sentarse frente al ordenador);
- Mareos que empeoran durante o después de un episodio de dolor de cuello y que disminuyen con intervenciones que disminuyen el dolor de cuello;
- Episodios de mareo que duran de minutos a horas;
- Mareos que se iniciaron en torno a una lesión cervical;
- Patologías cervicales previas.
Un profesional de la salud puede explorar el cuello como posible contribuyente a los mareos realizando una maniobra llamada «Prueba de nistagmo de torsión del cuello» en la que el terapeuta estabiliza la cabeza y gira el cuerpo por debajo. Una prueba positiva reproducirá o aumentará los síntomas y posiblemente generará nistagmo.
Un terapeuta vestibular también puede evaluar su conciencia y control de la posición y el movimiento del cuello haciéndole llevar un faro láser.
¿Qué debo hacer?
Los estudios han demostrado que la terapia manual es un tratamiento eficaz para los mareos cervicogénicos. También es probable que los ejercicios de equilibrio, estabilidad de la mirada y movimiento de los ojos sean útiles, pero se necesita más investigación.
En definitiva, cualquier tratamiento que sea útil para el dolor de cuello, como las movilizaciones, el calor, la corrección postural, los estiramientos o la acupuntura, muy probablemente también ayudaría con los mareos.
Una causa común de las molestias en el cuello es estar sentado durante largos períodos de tiempo en una postura encorvada con la cabeza hacia delante, como cuando se envían mensajes de texto o se mira el ordenador o la televisión. Se recomienda que preste mucha atención a su postura si tiene mareos que cree que pueden estar relacionados con su cuello.
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