Magnificat, también llamado Cántico de María u Oda de la Theotokos, en el cristianismo, el himno de alabanza de María, la madre de Jesús, que se encuentra en Lucas 1:46-55. El Magnificat se ha incorporado a los servicios litúrgicos de las iglesias occidentales (en las vísperas) y de las iglesias ortodoxas orientales (en los servicios matutinos). En la Escritura, el himno se encuentra después del jubiloso encuentro de María, embarazada de Jesús, y su pariente Isabel, embarazada de San Juan Bautista. Aunque algunos estudiosos han sostenido que este cántico era una canción de Isabel, la mayoría de los manuscritos griegos y latinos antiguos lo consideran el «Canto de María»
Se llama así por la primera palabra de su primera línea en latín («Magnificat anima mea Dominum», o «Mi alma engrandece al Señor»). Se han creado elaborados ajustes musicales para el Magnificat. Se ha cantado en los ocho modos del canto llano y ha sido objeto de numerosos ajustes. El Magnificat se canta cada día en la oración de la tarde, o vísperas, en las casas religiosas y en aquellas otras iglesias donde se celebran las vísperas.
Los siguientes son los textos del Magnificat en la versión latina de la Vulgata y en la Nueva Versión Estándar Revisada:
Magnificat anima mea Dominum
et exultavit spiritus meus in Deo
salutari meo
quia respexit humilitatem ancillae
suae
ecce enim ex hoc beatam me dicent
omnes generationes
quia fecit mihi magna qui potens est
et sanctum nomen eius
et misericordia eius in progenies et
progenies timentibus eum
fecit potentiam in brachio suo dispersit
superbos mente cordis sui
deposuit potentes de sede et
exaltavit humiles
esurientes implevit bonis et divites
dimisit inanes
suscepit Israhel puerum suum
memorari misericordiae
sicut locutus est ad patres nostros
Abraham et semini eius in saecula.
Mi alma engrandece al Señor,
y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque ha mirado con agrado la humildad de su siervo.
Seguramente, desde ahora todas las generaciones me llamarán dichoso;
porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí,
y santo es su nombre.
Su misericordia es para los que le temen
de generación en generación.
Ha mostrado fuerza con su brazo;
Ha dispersado a los soberbios en los pensamientos de sus corazones.
Ha derribado a los poderosos de sus tronos,
y ha levantado a los humildes;
Ha llenado de bienes a los hambrientos,
y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
Ha ayudado a su siervo Israel,
en recuerdo de su misericordia,
según la promesa que hizo a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus descendientes para siempre.