No hay ningún botón de reinicio en tu cerebro. Pero cuanto más aprenden los científicos sobre las setas mágicas, más sabemos que son lo más parecido a un botón de reinicio.
La silocibina -la sustancia química alucinógena de ciertas setas- puede remodelar las células del cerebro y, cada vez más, muestra su potencial para tratar la adicción o la depresión. Ahora, utilizando nuevos modelos cerebrales, los científicos están consiguiendo una mejor idea de cómo sucede todo esto.
Los científicos construyeron un modelo del cerebro humano bajo la influencia de la psilocibina, iluminando cómo los hongos mágicos permiten a nuestro cerebro acceder a un potencial sin explotar. Este modelo muestra que, bajo la influencia de la psilocibina, el cerebro crea un bucle de retroalimentación de la actividad neuronal y la liberación de neurotransmisores (los mensajeros químicos que las neuronas utilizan para comunicarse).
Este hallazgo se publicó el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Esa dinámica crea un doble golpe que podría permitir al cerebro aprovechar estados que de otro modo serían inaccesibles, incluyendo la «desestabilización» de redes cerebrales individuales y la creación de una red más «global» en todo el cerebro.
Esa desestabilización es una hipótesis que los científicos han utilizado para explicar por qué las setas mágicas pueden crear experiencias psicodélicas. Pero también podría subrayar por qué tiene potencial como tratamiento para trastornos como la depresión, explica Morten Kringlebach, primer autor del estudio e investigador principal de la Universidad de Oxford.
«El uso de este modelo será crucial para entender realmente cómo la psilocibina puede reequilibrar los trastornos neuropsiquiátricos como la depresión resistente al tratamiento y la adicción», dice Kringlebach a Inverse.