La grisácea Griselda Blanco, de 69 años, se alejó del puesto de la carnicería agarrando una bolsa de carne.
Pero sólo unos minutos después la frágil abuela fue asesinada a tiros, brutalmente por un asesino que conducía una motocicleta y que, con calma e intencionadamente, apuntó y disparó dos balas directamente al cerebro, antes de arrancar en la distancia mientras ella yacía sangrando en la calle de Medellín.
Nacida en Colombia de una madre prostituta y alcohólica que la golpeaba, de niña Griselda cavaba tumbas para enterrar a los muertos en el país devastado por la guerra civil, y en su adolescencia también era prostituta y carterista.
Sorprendentemente, se cree que cometió su primer asesinato con tan sólo 11 años, cuando ayudó a secuestrar a un niño de diez años de un barrio de lujo cercano, matándolo a tiros cuando su familia no pagó el rescate.
De la prostitución & al robo de carteras a un imperio de la droga de 1.500 millones de libras
En el punto álgido de su «carrera» de contrabandista de drogas, Griselda amasó la friolera de 1.500 millones de libras.5.000 millones de libras, ganando 63 millones de libras al mes transportando dos toneladas de cocaína desde Colombia a Nueva York y Miami.
Cuando se trataba de construir su imperio, no se puede argumentar que Griselda no fuera ‘creativa’ en sus técnicas.
Parte de su operación de contrabando de drogas consistía en crear lencería a medida para llevar paquetes de cocaína.
También se le atribuye la invención del tiroteo en motocicleta, irónicamente la forma en que fue finalmente asesinada.
Sin embargo, su carrera criminal se detuvo temporalmente en 1985, cuando fue detenida por cargos de drogas en su casa de California -mientras estaba sentada en la cama leyendo la Biblia- y condenada a 13 años de prisión.
«Asesinaba a la gente a la primera de cambio»
Griselda tampoco tenía miedo de hacer valer su poder, y gobernaba por el miedo.
El fiscal adjunto de Estados Unidos, Stephen Schlessinger, dijo: «Ella asesinaba a la gente a la primera de cambio. Mataba a cualquiera que le desagradara.»
No se conformaba con mandar a matar a sus víctimas, también pedía a sus sicarios, una banda llamada Los Pistoleros, que se llevaran siempre una parte del cuerpo como trofeo, y también fue responsable de la muerte de un niño de dos años llamado Johnny Castro, hijo de un enemigo, con dos disparos en la cabeza mientras estaba en el coche de su padre.
A pesar de las asombrosas cifras, sólo fue condenada por tres asesinatos.
La ‘viuda negra’ que asesinó a sus maridos
Aunque no está del todo probado, también se la relacionó con las muertes de sus tres ex maridos.
En su adolescencia se casó con Carlos Trujillo, un falsificador de documentos de poca monta, y la pareja tuvo tres hijos -Dixon, Uber y Osvaldo- que fueron asesinados posteriormente.
Se divorciaron posteriormente, y se cree que Blanco ordenó su asesinato a principios de los setenta por una disputa comercial.
Se casó con el narcotraficante Alberto Bravo, y fue a través de él que se involucró en el tráfico de cocaína, trasladándose a Nueva York e importando la droga a Estados Unidos, donde había una gran demanda.
En 1975, Griselda se vio envuelta en un tiroteo con su marido, creyendo que estaba robando dinero, y sacó una pistola en un aparcamiento, disparándole en la cara y matándolo.
Cuando su tercer marido, Darío Sepúlveda, la dejó en 1983 y secuestró al hijo de ambos, su cuarto hijo, Michael Corleone -que lleva el nombre del protagonista del Padrino-, mandó asesinar a su ex pareja en Colombia.
Orgías, el juego de té de la Reina & una ametralladora de oro
Con una gran riqueza, llegó un estilo de vida muy lujoso, y se dice que Griselda tenía un amor por las cosas más finas, viviendo en una mansión palaciega de seis camas en Malibú y comprando un ático en Florida.
Según se dice, compró diamantes a la primera dama de Argentina, Eva Perón, encargó una escultura de bronce de ella misma y poseyó un juego de té que había pertenecido a la Reina.
Griselda, según se dice, también tenía una gran afición por el sexo: era conocida por celebrar regularmente orgías y fiestas llenas de drogas.
Sin embargo, tras su paso por la cárcel, se dice que Griselda se retiró de su vida de crimen y lujos cuando fue deportada a Colombia en 2004, convirtiéndose al cristianismo y pasando desapercibida en Medellín hasta su muerte en 2012.
Pero aunque su pasado la atrapó, parece que su historia seguirá viva, a través de películas sobre su vida.