Cuando te precipitas por la pista de acero de una montaña rusa, puede parecer que el estómago se te sube a la garganta y que los ojos se te clavan en lo más profundo del cráneo.
Hay varias fuerzas en juego cuando te sientes así. La Tierra tira constantemente hacia abajo de cada uno de nosotros. Tiene una gran masa, y eso le da un gran campo gravitatorio. Y cuando tomamos un giro brusco en un viaje rápido, salimos disparados en un cohete o frenamos bruscamente, somos lanzados por fuerzas mucho más fuertes que la gravedad de la Tierra. Pero, ¿por qué?
Los ingenieros califican esas experiencias con números llamados fuerzas g, para explicar su intensidad. Un g es la cantidad de fuerza que el campo gravitatorio de la Tierra ejerce sobre tu cuerpo cuando estás parado en el suelo. Cada partícula que compone nuestro planeta tira de ti simultáneamente. Cada uno de esos tirones es bastante débil, pero combinados son lo suficientemente fuertes como para mantener tus pies en el suelo. Una aceleración de cinco g, algo que experimentan habitualmente los pilotos de carreras, es cinco veces más intensa.
Cada vez que un objeto cambia su velocidad más rápido de lo que la gravedad puede cambiarla, las fuerzas serán mayores que un g. A cero g, te sentirías sin peso. Y más allá de 100 g, es casi seguro que estás muerto. Fuerzas tan intensas pueden aplastar huesos y aplastar órganos.