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Rodrigo Arangua/AFP/Getty Images
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Después de más de 5.000 millones de dólares y casi una década de construcción, Panamá inaugura la tan esperada ampliación de su histórico canal. La ampliación, que podría duplicar su carga actual, ha superado las disputas sobre los costes, los serios interrogantes sobre su diseño y la caída mundial del transporte marítimo internacional.
¿Aportará el canal los beneficios prometidos a esta pequeña nación centroamericana?
Los ojos y las esperanzas de todo un país están puestos en Landon Rankin el domingo por la mañana. Rankin, quien tiene más de 30 años de experiencia en el pilotaje de buques de carga, guiará uno de los buques más grandes del mundo a través del recién terminado Canal de Panamá ampliado.
«Es un reto… y estoy emocionado por eso», dice Rankin, hablando desde su oficina en el salón del sindicato de Pilotos del Canal de Panamá en el capitolio.
Rankin dice que el desafío es sólo el último para la ampliación del Canal, que lleva más de dos años de retraso, al menos 1.000 millones de dólares por encima del presupuesto y provoca serias dudas sobre su viabilidad.
Mal momento para el transporte marítimo mundial
La apertura, originalmente prevista para 2014, para coincidir con el centenario de la inauguración del canal existente, llega en uno de los momentos financieros más difíciles para la industria naviera. Los costes del transporte marítimo se han desplomado a medida que el comercio internacional se tambalea, en parte debido a la ralentización económica de China.
Esa ralentización no entraba en los cálculos cuando Panamá emprendió la ampliación del canal en 2007, justo un año antes de que se produjera la recesión mundial.
Lo que sí se veía entonces era una industria que avanzaba hacia barcos cada vez más grandes que ya no cabían por las esclusas existentes en Panamá y una creciente competencia con el Canal de Suez.
Anders Boenaes, vicepresidente de Maersk, la mayor naviera del mundo, dice que Panamá tenía que ampliar el canal para seguir siendo competitiva. «Probablemente habrían mantenido el nivel actual de actividad en el mejor de los casos si no lo hubieran hecho, pero ahora al haberlo hecho pueden recuperar lo que se le cambió al de Suez en los últimos cinco, ocho, 10 años.»
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Rodrigo Arangua/AFP/Getty Images
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Preocupaciones por el agua
Luego están las preocupaciones por el agua. ¿Habrá suficiente? Las precipitaciones anuales, aunque son altas en Panamá, no están garantizadas. La temporada de lluvias de este año llegó tarde. Muchos apuntan a El Niño como la causa, pero la escasez de agua llevó a la Autoridad del Canal a imponer límites de peso a los barcos que pasan por las esclusas existentes tres veces este año.
Los ingenieros añadieron un diseño único de ahorro de agua a las nuevas esclusas. Tres cuencas, que funcionan por gravedad, se llenarán y vaciarán en cada una de las tres nuevas esclusas, reutilizando hasta el 60% del agua. Pero a pesar de ese reciclaje, el lago artificial panameño Gatún, fuente del canal y de gran parte del agua potable del país, tendrá que aportar el doble de agua para hacer funcionar tanto las esclusas originales como las nuevas del canal.
Defectos en el diseño
Quizás las mayores preocupaciones provienen de los prácticos que maniobrarán los enormes buques denominados neopanamax no sólo a través de las nuevas esclusas, sino también de las rutas marítimas que pronto estarán más congestionadas y de lo que se conoce como Corte Culebra, un pasaje estrecho con muchas curvas cerradas y paredes de roca escarpadas.
El presidente de la Asociación de Prácticos del Canal de Panamá, Londor Rankin, dice que el margen de error en las nuevas esclusas es muy pequeño. Queda poco espacio en las esclusas de 1.400 pies de largo, cuando se tiene un barco de 1.200 pies, y dos remolcadores de 100 pies en cada extremo. Rankin esperaba que las esclusas fueran más largas. «No es lo que me hubiera gustado, pero es lo que tenemos», dice.
La Autoridad del Canal de Panamá insiste en que la formación de los pilotos, ya sea a través de las aulas, los simuladores o en las propias esclusas y el canal de navegación, ha sido de primer nivel. Y las autoridades subrayan que la conservación del agua, así como el aumento de la capacidad de almacenamiento en el lago Gatún, asegurarán un suministro suficiente para la ampliación.
El país celebra
Cuando los relojes digitales de la cuenta atrás instalados en la ciudad lleguen a cero, y el primer barco neopanamax, de la compañía china Cosco, se deslice por las esclusas ampliadas, este país celebrará. Decenas de miles de entradas gratuitas fueron repartidas al público y en cuatro ciudades del país habrá televisores jumbotron para que los ciudadanos vean las ceremonias oficiales.
Entrando a la ciudad de Panamá, y al único metro de Centroamérica, el sábado, Mara Pinera, dice que la prosperidad e innovación de su país es la envidia de otros en la región. «Somos el puente con el mundo y el corazón del universo», dice, citando una vieja campaña de promoción y radiante de orgullo.