La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (Echa) ha llegado a la conclusión de que el dióxido de titanio puede causar cáncer si se inhala.
El dióxido de titanio se encuentra en un gran número de artículos domésticos como la pasta de dientes, los protectores solares y los colorantes alimentarios. A pesar de su uso generalizado, se han realizado pocos ensayos para evaluar su toxicidad en humanos. La propuesta de clasificar el dióxido de titanio como sustancia química sospechosa de provocar cáncer se basó en el descubrimiento de que altos niveles de nanopartículas de dióxido de titanio provocaban cánceres en las vías respiratorias de los roedores.
El presidente de la Asociación de Fabricantes de Dióxido de Titanio, Robert Bird, expresó su decepción por la propuesta de Echa. En un comunicado de prensa afirmó que «no hay motivos para clasificar el dióxido de titanio como cancerígeno para los seres humanos por inhalación». Sin embargo, no es la primera vez que se plantea la preocupación por las posibles propiedades cancerígenas del dióxido de titanio: una investigación realizada en 2008 relacionó la inhalación de esta sustancia química con el cáncer en los seres humanos.
Sin embargo, es poco probable que la clasificación del dióxido de titanio como sustancia química sospechosa de causar cáncer influya en su prevalencia en los productos. En el pasado, sustancias como el café han sido asociadas con un nivel de riesgo similar por la Organización Mundial de la Salud.
La Comisión Europea tendrá la última palabra sobre si acepta la clasificación propuesta por Echa.