Un lapso de cincuenta años puede parecer un periodo corto en la historia de un estado o una nación, pero por otro lado, este puede ser un periodo en el que todo, incluyendo el sistema político, el territorio y el ritmo de desarrollo de un estado cambia. El Instituto del Recuerdo Nacional se centra en los cincuenta años de la historia de la nación polaca desde 1939 hasta 1989, que es un periodo de cambio sin precedentes. Abarca los acontecimientos que afectaron a Polonia y a la sociedad polaca durante la Segunda Guerra Mundial, las ocupaciones alemana y soviética, y la historia cuando Polonia estaba bajo el régimen comunista.
Hay que recordar que Polonia fue el primer país que se opuso a los planes de invasión de Hitler y Stalin. El país había sido dividido entre los invasores, y la población civil polaca fue objeto de brutales represiones tanto por parte de los nazis como de los soviéticos. Ya en 1939 se produjeron las primeras ejecuciones masivas en el territorio ocupado por los alemanes. Las represiones de Hitler se dirigieron especialmente contra las élites políticas, culturales, religiosas, sociales e intelectuales polacas. Asimismo, cientos de miles de ciudadanos polacos que vivían en los territorios ocupados por la Unión Soviética fueron deportados a Siberia y Kazajstán para vivir en condiciones inhumanas. Muchas de esas personas nunca volvieron a su patria.
El destino de la población judía que vivía en los territorios polacos ocupados por Alemania fue especialmente trágico. Antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, alrededor de 3 millones de judíos vivían en el territorio del Estado polaco, lo que suponía alrededor del 10% de la población de Polonia en ese momento. De esa cifra, sobrevivieron menos de 300 mil judíos. Los mayores campos de concentración de la Europa ocupada fueron organizados por los nazis en los territorios polacos (por ejemplo, Aushwitz-Birkenau). Además, Polonia fue el lugar donde los nazis crearon los campos de exterminio, las verdaderas «fábricas de la muerte», donde se llevaría a cabo la solución final de Hitler.
A pesar de ser uno de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, Polonia quedó físicamente devastada. Como resultado de la decisión de los Tres Grandes, la mitad del territorio polaco de antes de la guerra fue entregado a la Unión Soviética, y Polonia, a su vez, ganó territorios en el oeste y el norte a expensas de Alemania. Como resultado, Polonia se convirtió en un país con un territorio inferior en un 20% al de antes de la guerra. Como resultado de la guerra, la ocupación, el exterminio de los judíos y el desplazamiento de la población provocado por las políticas territoriales, la población de Polonia disminuyó de unos 35 millones a unos 24 millones, lo que es comparable a la población de finales del siglo XIX. Aunque tal catástrofe demográfica ha sido calificada de victoria, es temible considerar cómo podría ser la Polonia derrotada.
Desde 1944 hasta 1989, Polonia estuvo bajo el dominio comunista. A pesar de los cambios que se produjeron durante ese periodo, Polonia no tenía soberanía aunque gozaba de reconocimiento en el ámbito internacional. Durante ese período de cuarenta y cinco años, todas las decisiones clave relativas a la política exterior e interior polaca se tomaban en Moscú. Al mismo tiempo, a pesar de los cambios provocados por la agitación social en 1956, 1968, 1970, 1976 y 1980, Polonia estaba bajo un régimen totalitario. El alcance y el carácter de la represión totalitaria fueron más intensos durante la época estalinista, que duró hasta mediados de la década de 1950.
Polonia no estuvo libre de la represión política tampoco después de 1980. Sin embargo, durante la década de 1980, el movimiento Solidaridad, con su carismático líder Lech Wałęsa, entró en la escena política. Los comunistas no pudieron mantener su dictadura a pesar de la ley marcial impuesta en Polonia en diciembre de 1981. Miles de dirigentes de Solidaridad fueron detenidos. Las «fuerzas disciplinarias» reprimieron brutalmente las huelgas en astilleros, fábricas, acerías y minas de carbón. Los trabajadores murieron y resultaron heridos. Esta tragedia está documentada por el Instituto del Recuerdo Nacional.
Habían pasado unos años y el mundo había cambiado enormemente. Las reformas sin precedentes en la Unión Soviética dentro del programa de la Perestoika y la política de los Estados Unidos, que adquirió un dominio militar y tecnológico, permitieron a los países de Europa Central y Oriental liberarse finalmente del dominio soviético. Polonia estuvo dispuesta durante mucho tiempo a iniciar cambios radicales que beneficiaran a la nación polaca y a toda la región de Europa Central y Oriental.
En 1989, como resultado de las negociaciones de la Mesa Redonda, se alcanzó el compromiso histórico.
Solidaridad entró oficialmente en la escena política. El 4 de junio de 1989 se celebraron las primeras elecciones libres al Senado y parcialmente libres -contratadas- al Sejm. Los polacos votaron en contra del antiguo sistema político. Tres meses después se creó el primer gobierno independiente encabezado por el Primer Ministro Taduesz Mazowiecki. Se necesitaron otros tres meses para cambiar el nombre oficial del Estado: La República Popular de Polonia pasó a la historia; nació una República de Polonia libre y democrática.