¿Qué es la próstata?
La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino compuesta por dos lóbulos, y está encerrada por una fina capa exterior. Tiene el tamaño aproximado de una nuez y está situada alrededor de la uretra, justo debajo de la vejiga, delante del recto. Una de sus principales funciones es producir líquido. Este líquido se mezcla con los espermatozoides procedentes del testículo y crea el semen. El fluido de la próstata se desplaza hacia la uretra durante el orgasmo sexual, nutriendo y dinamizando el esperma, y hace del canal vaginal un entorno más neutro.
Hiperplasia prostática benigna (HPB)
La próstata puede aumentar de tamaño con la edad. Puede aumentar del tamaño de una nuez al de un pomelo. Los médicos llaman a esta afección hiperplasia prostática benigna, o agrandamiento de la glándula prostática. Este problema es frecuente. Afecta a más del 50% de los hombres de entre 60 y 70 años, y hasta al 90% de los mayores de 70 años. Los médicos no saben por qué algunos hombres son más propensos a la hiperplasia benigna de próstata, o por qué afecta poco a algunos hombres y mucho a otros. Sin embargo, puede tener algo que ver con los distintos niveles de hormonas como el estrógeno y la testosterona.
Síntomas de la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP)
Los hombres pueden notar por primera vez los síntomas de la Hiperplasia Benigna de Próstata al orinar. Pueden sufrir urgencia y micción frecuente, especialmente por la noche. También pueden notar cambios en el chorro de orina (chorro dividido, chorro débil, goteo, dificultad para empezar). La mayoría de los hombres que sufren estos síntomas urinarios padecen HBP. Sin embargo, en raras ocasiones, puede ser un signo de algo más grave. Es importante comentar los síntomas con un médico y someterse a un examen, ya que la HBP que no se trata podría provocar el reflujo de orina, infecciones del tracto urinario, problemas renales, cálculos en la vejiga y otras afecciones graves.
Diagnóstico y tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata (HBP)
Un médico puede diagnosticar la hiperplasia benigna de próstata durante un examen físico rutinario. Normalmente se realiza un tacto rectal (DRE) para confirmar manualmente el tamaño de la próstata. El médico puede realizar otras pruebas si es necesario, como una medición del flujo de orina, una ecografía de la vejiga y/o un estudio urodinámico.
Al detectar un agrandamiento de la próstata, el médico puede realizar un análisis de sangre del antígeno prostático específico (PSA) para asegurarse de que el agrandamiento de la próstata no está causado por un cáncer de próstata. Esta prueba es importante para el diagnóstico adecuado de la HBP. Dependiendo de los resultados de las pruebas DRE y PSA, el médico también puede sugerir una biopsia de la glándula prostática para descartar el cáncer con certeza.
Dependiendo de la gravedad, la Hiperplasia Prostática Benigna puede ser monitoreada para ver si empeora, o puede ser tratada proactivamente con medicamentos o terapias mínimamente invasivas. A menudo los hombres se sienten avergonzados o incómodos con el diagnóstico de la hiperplasia prostática benigna, pero es extremadamente común y fácilmente tratable.