Un año después, Barnum llevó al joven Stratton de gira por Europa, convirtiéndolo en una celebridad internacional. Stratton apareció dos veces ante la reina Victoria. También conoció al futuro rey Eduardo VII, de tres años de edad, que por aquel entonces era el Príncipe de Gales. En 1845, triunfó en el Théâtre du Vaudeville (Francia) con la obra Le petit Poucet de Dumanoir y Clairville. La gira fue un gran éxito, con multitudes que lo acosaban allá donde iba. Tras su gira de tres años por Europa, Stratton comenzó su ascenso al estrellato en Estados Unidos. La fama de Stratton creció a un ritmo asombroso, y su popularidad y celebridad superaron a las de cualquier actor en vida.
Al volver a casa de su segunda gira en 1847, a bordo del SS Cambria, atrajo la atención del explorador John Palliser, quien «no se sorprendió mucho, al entrar en la cabina del estado, al escuchar la más antinatural y estridente pipa exclamando: «¡Camarero! tráigame un conejo galés». Durante el viaje, el General Tom Thumb contribuyó a una colecta para socorrer a las víctimas de la hambruna en Irlanda.
Las primeras actuaciones de Stratton en Nueva York marcaron un punto de inflexión en la historia del espectáculo de fenómenos. Antes del debut de Stratton, la presentación de «curiosidades humanas» para el entretenimiento se consideraba deshonrosa y se veía como una desagradable atracción de feria. Sin embargo, después de que los espectadores conocieran a Stratton y sus actuaciones, pudo cambiar la percepción que la gente tenía de los espectáculos de fenómenos. Las animadas y entretenidas actuaciones de Stratton convirtieron este tipo de espectáculos de feria en una de las formas de entretenimiento teatral más favorecidas en los Estados Unidos.
Desde los siete años, Stratton actuó en grandes melodramas de cuento de hadas de larga duración bajo la dirección de P.T. Barnum. Algunos de los melodramas que representó Stratton fueron Hop o’ My Thumb y Seven League Boots. En estos melodramas, a Stratton se le asignó el papel principal, que interpretó en múltiples ocasiones. Aunque Barnum trató de sacar provecho de la pequeña estatura de Stratton, también quiso destacar y mostrar sus muchas y verdaderas dotes como intérprete. Por ejemplo, Stratton se caracterizaba por ser inteligente en sus actos. Además, era un actor, cantante, bailarín y comediante de gran talento. Por ello, ciertos críticos dramáticos no compararon sus habilidades con las de la comunidad de espectáculos de fenómenos de la que formaba parte, sino que prefirieron juzgarlo por sus méritos como animador profesional.
En 1846, empezó a crecer por primera vez desde los primeros meses de su vida, pero de forma extremadamente lenta. En enero de 1851, Stratton medía exactamente 2 pies y 5 pulgadas (74 cm). Cuando cumplió 18 años, midió 2 pies y 8,5 pulgadas (82,6 cm). Cuando cumplió 21 años, medía 2 pies y 10 pulgadas (86 cm). Stratton se hizo masón el 3 de octubre de 1862. Stratton, que ya medía 89 cm, fue iniciado como masón junto a un hombre que medía 191 cm.