Los diseños originales de Medicare y Medicaid aumentaron los dólares destinados a la atención sanitaria de forma espectacular. Esto fue bueno – y malo. Fue bueno para estos 2621 condados que tenían muy poco. Ha sido malo porque los más organizados y que ganan más – ganaron sustancialmente más. Cada cambio de diseño ayuda a estructurar o modificar para que funcione mejor para ellos. El diseño original se ha ido modificando a su favor. Ellos obtienen la mayor cantidad de líneas de ingresos y el mayor reembolso en cada línea.
El recorte de costos ha sido la reacción. Esto ha sido lo malo y lo feo.
Lo bueno
Los miles de millones más inyectados en los 2621 condados que siguen siendo los más escasos en profesionales de la salud se invirtieron en mano de obra. Resulta que las inversiones en la atención a los ancianos y a los pobres sirven para atender a los demás en estos condados, los que tienen la mitad de la mano de obra básica.
También fue el momento ideal para la restauración de la medicina de familia. El pueblo estadounidense exigía la vuelta a un médico personal. La nueva especialidad de medicina familiar restaurada en 1970 se disparó a 3000 graduados anuales en una década. Esto sólo fue posible porque el diseño financiero inyectó más miles de millones en los lugares donde practican los médicos de familia. No es sorprendente que el diseño financiero en declive, especialmente donde la fuerza de trabajo es más bajo, ha dado lugar a la disminución de la práctica de la familia resultado para MD DO NP y PA. Cada año las proporciones que se encuentran en la práctica de la familia siguen cayendo en picado al igual que los niveles de atención primaria donde se necesitan.
El daño a la fuerza de trabajo no ha sido todo. Hay un gran daño a la práctica de la medicina dentro de las prácticas. Los diseñadores de políticas a nivel de las compañías de seguros y de los estados han tratado de recortar los costes a través de enfoques de hoja de cálculo. Toman lo que se gasta en cada área y tratan de averiguar cómo gastar menos: en bienes, equipos, medicamentos, servicios, hospitalizaciones y más.
Las aprobaciones previas y las regulaciones especiales de facturación obligan a las oficinas a contratar más personal de facturación. Esto limita el apoyo a los miembros del equipo de reparto.
El recorte de costes diseñado para los medicamentos y el acceso a los mismos ha herido y matado a más personas de las que se pueden contar. Algunos medicamentos pueden ser recortados de algunos pacientes – pero en otros pacientes las barreras en el camino de estos medicamentos pueden matar. Los diseñadores de hojas de cálculo no conocen a las personas, los medicamentos o las enfermedades.
A veces estos recortes terminan desplazando a los pacientes a otras opciones que cuestan aún más como cuando los recortadores de costes recortaron Medicaid de 7 a 3 recetas al mes y los pacientes con enfermedades mentales costaron muchas veces más que los ahorros estimados – sin contar los costes fuera de la asistencia sanitaria (ley, legal, daños). Se necesita algo más que una hoja de cálculo para diseñar la política sanitaria.
Una vez más hay que tener en cuenta que muchos de los cambios obligan al personal médico a hacer más – actuando para deshabilitar las oficinas de los médicos y distraerlos del enfoque en los pacientes.
Hay protecciones contra los médicos o investigadores que experimentan que pueden dañar a cientos o tal vez miles. No hay tales protecciones contra la experimentación no ética en la política sanitaria. Para eliminar o exterminar realmente, se necesita una política. La era del recorte de costes ha perjudicado a decenas de millones de personas en materia de salud, economía y otros resultados. Y pocos cuestionan las consecuencias. Cuando los médicos protestan, se nos tacha de luditas o de mala calidad, cuando nuestra atención se centra en lo que está ocurriendo con los pacientes, nuestras consultas y la práctica de la medicina. Nos duele cuando vemos que el sistema abusa de nuestros pacientes y cuando éstos no pueden obtener lo que necesitan.
Décadas de trabajo han sido necesarias en la investigación con seres humanos para proteger a las poblaciones vulnerables, para establecer el consentimiento informado, para asegurar la intención benéfica, y más. Los recortadores de costes de la política sanitaria no tienen esas limitaciones. La ciencia es pobre y la experimentación es desenfrenada. Esto ha empeorado debido a la politización de la política sanitaria. Los investigadores tratan de demostrar el valor de las políticas, lo que no es lo mismo que un enfoque científico.
Peor aún, las políticas se aplican sobre la base de suposiciones y con demostraciones o ensayos limitados o inexistentes. Disparar, preparar, apuntar no es bueno para la gente ni para la práctica.