Esta teoría se basa en la creencia de que el público, tras haber visto cientos de películas, llega al cine con un conocimiento instintivo de los cortos cinematográficos. Por ello, las comedias británicas de nuevo cuño («The Knack», «Morgan», «Alfie», «Tom Jones», «A Hard Day’s Night») van en contra de la práctica habitual, y su uso del cine en sí mismo forma parte de la comedia. Cuando ocurre algo gracioso, los actores no reaccionan; la propia película reacciona por lo que muestra a continuación.
Este es el caso de «El graduado», en la que Mike Nichols se anuncia como un nuevo e importante director.
Nos presenta a un joven graduado universitario (Dustin Hoffman) que regresa a un suburbio californiano de clase media alta ferozmente estúpido. Le gustaría tener la oportunidad de sentarse y pensar en su futuro durante varios meses. Ya sabe… ¿pensar?
Su familia y su círculo social le exigen que actúe en el papel de joven exitoso y ascendente, de corte limpio y graduado universitario estadounidense. Al cabo de dos semanas, Benjamin llega a tal grado de desesperación que demuestra su nuevo traje de buceo (regalo de cumpleaños de su orgulloso padre) poniéndose de pie en el fondo de la piscina familiar: Por fin solo.
Una coetánea de sus padres (Anne Bancroft) seduce a Benjamin, que sucumbe sobre todo por cansancio e incredulidad. Entonces se enamora de su hija (Katharine Ross), y pone en marcha una fantástica cadena de acontecimientos que acaba con la señorita Ross (recién casada con un guapo rubio nórdico fumador de pipa de la fraternidad) secuestrada en el altar por Benjamin. Éste atasca una cruz en la puerta de la iglesia para evitar la persecución, y escapan en un autobús.
Este es un material escandaloso, pero funciona en «El graduado» porque se maneja de forma directa. Dustin Hoffman es tan dolorosamente torpe y ético que nos vemos obligados a admitir que actuaríamos más o menos como él, incluso en sus momentos más extremos. Anne Bancroft, en un papel complicado, es magníficamente sexy, arpía y lo suficientemente autocomplaciente como para que la seducción sea convincente.