En la era de los modernos atlas de anatomía y de los navegadores corporales online de libre acceso, los dibujos de órganos y partes del cuerpo de Leonardo da Vinci realizados con pluma, tinta y tiza roja pueden parecernos estéticamente agradables, pero anticuados. Sin embargo, casi todo el mundo en Alemania lleva consigo una reproducción de su famoso Hombre de Vitruvio, en su tarjeta de seguro médico. Alessandro Nova, director del Kunsthistorisches Institut de Florenz, por su parte, explora la obra de Leonardo a la luz del conocimiento científico que genera.
Texto: Guido Hinterkeuser
Cualquiera que examine los dibujos anatómicos de Leonardo da Vinci probablemente se preguntará primero hasta qué punto los detallados estudios se correlacionan con el estado actual del conocimiento médico. Las representaciones parecen demasiado familiares, apenas se apartan de la forma en que vemos las cosas hoy en día.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que Leonardo fue un pionero en esta área y no fue capaz de referirse a nada siquiera aproximado a tales visualizaciones gráficas del funcionamiento interno del cuerpo humano. La investigación médico-histórica ya ha comparado ampliamente los conocimientos que Leonardo cosechó en su época con los de la información anatómica actual, al igual que sus descubrimientos morfológicos y fisiológicos específicos se han valorado plenamente desde hace tiempo. El extenso inventario de dibujos también se ha clasificado filológicamente y se ha subdividido en unidades anatómicas como el sistema óseo, la musculatura, el sistema nervioso y el sistema circulatorio, así como en los sistemas establecidos hoy en día, que aún no se habían identificado en la época de Leonardo. En definitiva, puede decirse que los estudios anatómicos han sido bien investigados desde entonces.
Pero quizás fue precisamente eso lo que motivó a Alessandro Nova, director del Kunsthistorisches Institut de Florenz desde 2006, a echar un nuevo vistazo a los dibujos, no tanto examinando sus resultados, sino persiguiendo la cuestión de qué papel jugó el proceso de dibujar, el auténtico acto artístico, en la generación de conocimiento científico.