El siglo XVII no era bueno para España. El otrora poderoso imperio se desmoronaba, agobiado por las deudas y un gobierno corrupto.
Pero mientras el reino estaba en decadencia, un joven pintor de la corte hacía su ascenso. Diego Velázquez se convertiría en uno de los pintores más renombrados del Barroco.
En su investigación para la novela, la profesora de español de Georgetown destacó varios hechos poco conocidos sobre el célebre artista español.
Sólo un desnudo de Velázquez sigue existiendo hoy en día.
Se trata de la Venus a la que se refiere el título del libro, también conocida como la Venus de Rokeby. Está en el centro de uno de los misterios más perdurables de la historia del arte: ¿quién es exactamente la mujer que representó a la belleza romana? Mujica, que ficcionó una respuesta a este enigma en su novela, dice que nadie lo sabe con certeza, aunque se sabe que Velázquez no pintó la obra durante sus dos estancias en Italia. Mujica dice que también es un dato a tener en cuenta que Velázquez, conocido por pintar a partir de modelos vivos, se libró de pintar un desnudo durante la Inquisición española, que prohibía este tipo de obras.
Velázquez era un rebelde.
Ya sabemos que Velázquez no seguía las reglas. Pintó desnudos y, como aprendiz, utilizó modelos vivos para sus cuadros en lugar de basarse en libros de prácticas, como era habitual en la época. Pero a su maestro Francisco Pacheco, que por aquel entonces era considerado el principal, aunque algo aburrido, teórico de la pintura en España, no pareció importarle su rebeldía. Velázquez no sólo se casó con la hija de Pacheco, sino que fue a través de él como conoció a un funcionario de la corte. Este contacto resultaría fructífero más adelante, cuando fue nombrado pintor de la corte.
Velázquez fue el único pintor de la corte que cobró un sueldo.
La corona española bajo Felipe IV estaba en bancarrota y no podía pagar a sus pintores de la corte. Sin embargo, Velázquez, que ya había consolidado su posición de favorito, recibía un buen sueldo por su trabajo, principalmente retratos de la familia real y otros personajes importantes de la corte.
Velázquez cambió significativamente su estilo después de estudiar en Italia.
Antes de sus dos viajes para estudiar la escuela de arte italiana, Velázquez era conocido por sus retratos altamente realistas. Pero Mujica dice que después de sus viajes, su estilo viró hacia algo más impresionista (aunque no del estilo impresionista, un movimiento artístico posterior). Sus trazos se volvieron más atrevidos y se tomó libertades con sus retratos, en lugar de presentarlos como una representación descarnada de la realidad. Mujica dice que un ejemplo de esto se puede ver en la Venus de Rokeby, en la que su pie está bastante confundido.
Velázquez valoraba el prestigio por encima de la perfección en su arte.
Aunque trabajó duro para convertirse en el pintor más célebre de España, Velázquez lo veía como un medio para alcanzar el poder y el prestigio.Curiosamente, Velázquez sería nombrado cortesano y más tarde caballero – pero sólo porque Felipe IV lo exigió. Una investigación descubrió que Velázquez no era «cristiano viejo» sino que tenía herencia judía, lo que, según Mujica, se consideraba «una mancha». El rey intervino en su favor.