Tanto los trastornos depresivos como los alimentarios son trastornos multidimensionales y heterogéneos. Este artículo examina la naturaleza de su relación mediante la revisión de estudios clínicos descriptivos, familiares-genéticos, de tratamiento y biológicos que se relacionan con el tema. Los estudios confirman la prominencia de los síntomas depresivos y los trastornos depresivos en los trastornos alimentarios. Otros síndromes psiquiátricos que se presentan con menor frecuencia, como los trastornos de ansiedad y los trastornos obsesivo-compulsivos en la anorexia nerviosa, o los trastornos de personalidad, los trastornos de ansiedad y el abuso de sustancias en la bulimia nerviosa, también desempeñan un papel importante en el desarrollo y el mantenimiento de los trastornos alimentarios. Dado que pocos estudios han controlado los cambios físicos, endocrinos o psicológicos inducidos por la inanición, que imitan los síntomas considerados diagnósticos de la depresión, será necesario realizar más investigaciones. La evidencia de una etiología compartida no es convincente en el caso de la anorexia nerviosa y, como mucho, es sugestiva en el caso de la bulimia nerviosa. Dado que en los casos contemporáneos la pérdida de peso inducida por la dieta es el principal desencadenante, las mujeres con rasgos autocríticos o depresivos serán reclutadas de forma desproporcionada en los trastornos alimentarios. El modelo que mejor se ajusta a los datos daría cabida a una relación entre los trastornos alimentarios y todo el espectro de trastornos depresivos, desde la ausencia de depresión hasta la depresión severa, con tasas de depresión algo más elevadas en las pacientes bulímicas anoréxicas y con bulimia nerviosa que en las pacientes con anorexia nerviosa restrictiva, pero el modelo admitiría una fisiopatología y una psicopatología específicas en cada trastorno alimentario.
Depresión y trastornos alimentarios
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