El concepto de diversidad abarca la aceptación y el respeto. Significa comprender que cada individuo es único y reconocer nuestras diferencias individuales. Éstas pueden ser de raza, etnia, género, orientación sexual, estatus socioeconómico, edad, capacidades físicas, creencias religiosas, creencias políticas u otras ideologías. Es la exploración de estas diferencias en un entorno seguro, positivo y enriquecedor. Se trata de comprenderse mutuamente y de ir más allá de la simple tolerancia para abrazar y celebrar las ricas dimensiones de la diversidad que contiene cada individuo.
La diversidad es una realidad creada por individuos y grupos de un amplio espectro de diferencias demográficas y filosóficas. Es extremadamente importante apoyar y proteger la diversidad porque al valorar a los individuos y grupos libres de prejuicios y al fomentar un clima en el que la equidad y el respeto mutuo son intrínsecos, crearemos una comunidad orientada al éxito, cooperativa y solidaria que extrae su fuerza intelectual y produce soluciones innovadoras de la sinergia de su gente.
«Diversidad» significa algo más que reconocer y/o tolerar la diferencia. La diversidad es un conjunto de prácticas conscientes que implican:
- Entender y apreciar la interdependencia de la humanidad, las culturas y el entorno natural.
- Practicar el respeto mutuo por las cualidades y experiencias que son diferentes a las nuestras.
- Entender que la diversidad incluye no sólo formas de ser, sino también formas de conocer;
- Reconocer que la discriminación personal, cultural e institucionalizada crea y mantiene privilegios para algunos mientras crea y mantiene desventajas para otros;
- Construir alianzas por encima de las diferencias para que podamos trabajar juntos para erradicar todas las formas de discriminación.
La diversidad incluye, por tanto, saber relacionarse con aquellas cualidades y condiciones que son diferentes a las nuestras y ajenas a los grupos a los que pertenecemos, pero que están presentes en otros individuos y grupos. Estas incluyen, pero no se limitan, a la edad, la etnia, la clase, el género, las capacidades/cualidades físicas, la raza, la orientación sexual, así como la condición religiosa, la expresión de género, el nivel educativo, la ubicación geográfica, los ingresos, el estado civil, la condición de padres y las experiencias laborales. Por último, reconocemos que las categorías de diferencia no siempre son fijas sino que también pueden ser fluidas, respetamos los derechos individuales de autoidentificación y reconocemos que ninguna cultura es intrínsecamente superior a otra.