Día del Trabajo

Aunque tanto el Día del Trabajo como el Primero de Mayo son festividades destinadas a honrar a los trabajadores, el presidente de Estados Unidos, Grover Cleveland, se sentía incómodo con los orígenes socialistas del Primero de Mayo, y en 1894 convirtió el Día del Trabajo en la fiesta oficial de Estados Unidos.En Estados Unidos, Peter J. McGuire, un líder sindical que había fundado la Hermandad Unida de Carpinteros en 1881, es el responsable de la idea del Día del Trabajo. En 1882 sugirió a la Central Labor Union de Nueva York que se celebrara una fiesta en honor de los trabajadores estadounidenses. El 5 de septiembre, unos 10.000 trabajadores, bajo el patrocinio de los Caballeros del Trabajo, celebraron un desfile en la ciudad de Nueva York. La fecha no tenía ningún significado especial, y McGuire dijo que se eligió porque caía aproximadamente a mitad de camino entre la fiesta del 4 de julio y el Día de Acción de Gracias. En 1884, los Caballeros del Trabajo adoptaron una resolución para que el primer lunes de septiembre fuera considerado el Día del Trabajo. La idea se extendió rápidamente, y al año siguiente ya se celebraba el Día del Trabajo en varios estados. Oregón se convirtió en el primer estado, en 1887, en concederle un estatus legal a la festividad (aunque inicialmente el estado lo celebraba el primer sábado de junio). Ese mismo año, Colorado, Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey establecieron la fiesta el primer lunes de septiembre, y otros estados no tardaron en seguirla. En 1894, la huelga de Pullman en Illinois, así como una serie de disturbios de trabajadores desempleados durante el Primero de Mayo en Cleveland, hicieron que el presidente estadounidense Grover Cleveland propusiera un proyecto de ley para convertir el Día del Trabajo en una fiesta nacional. El proyecto de ley, que se elaboró en parte para desviar la atención del Primero de Mayo (una celebración no oficial arraigada en los movimientos socialistas), se convirtió en ley en junio de ese año.