Cómo la mafia irlandesa estuvo a punto de acabar con la mafia italiana en NYC

Cómo el whisky irlandés salvó a la mafia italiana de la destrucción por parte de una mafia irlandesa.

Los Westies eran una sanguinaria banda irlandesa-americana que dominaba la zona de Hell’s Kitchen en Nueva York en los años 70 y 80. Su reputación de violencia era tan extrema que Rudy Giuliani los etiquetó como «la organización más salvaje de la larga historia de Nueva York».

Un día de los años 80, esta banda irlandesa-americana estuvo a punto de cambiar la historia del hampa al acabar con toda la Mafia de Nueva York.

Fue la legendaria propensión de la banda a la violencia extrema lo que originalmente llamó la atención de la poderosa Mafia italiana encabezada por la familia criminal Gambino. En las escuchas telefónicas de la policía, se oyó a los jefes de la mafia referirse a los Westies en términos elogiosos: «Estos tipos están jodidamente locos», lo que en la terminología del hampa era un gran elogio viniendo de una organización tan poderosa y despiadada como la familia del crimen Gambino.

Paul Castellano, que era el Padrino de los Gambino, solicitó una reunión en un restaurante italiano con el líder de los Westies, Jimmy Coonan, en un intento de reprimir los peores excesos de la banda.

Foto de 1984 de Paul Castellano (dominio público)

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Pero Coonan no era el mandamás de los Westies por nada, ya que se había coronado como líder después de asesinar al anterior jefe, Mickey Spillane, y también tenía otros múltiples asesinatos en su haber.

Coonan no se fiaba de los italianos, y por eso se trajo a su principal ejecutor, Mickey Featherstone, como refuerzo. Pero ésta no iba a ser la única sorpresa que Coonan tenía preparada para los italianos, ya que había reunido a un equipo de Westies en un edificio cercano armados hasta los dientes con granadas y ametralladoras y les había ordenado que entraran en el restaurante y mataran hasta el último hombre de su interior si él y Featherstone no salían del edificio en dos horas.

Al comenzar la reunión, los italianos empezaron a interrogar a los mafiosos irlandeses sobre un prestamista italiano que había sido asesinado. El líder de los Westies negó cualquier implicación, aunque esto era una mentira descarada. El jefe de los Gambino, aparentemente contento con esta respuesta, sugirió entonces que los Westies quedaran bajo la protección de la mafia italiana, pero con la condición de que dejaran de actuar como vaqueros. Coonan, viendo una oportunidad de aumentar sus beneficios y su poder, decidió hacer el trato. Y así se llegó a un acuerdo histórico que permitía a la Mafia quedarse con un pequeño porcentaje de los beneficios de Coonan. A cambio, los Westies caerían bajo la protección de la Mafia y también obtendrían una tajada de los negocios de la Mafia.

Relajados de que el negocio había ido bien, los mafiosos se acomodaron para cenar. Mientras los dos bandos empezaban a disfrutar de sus comidas y vinos, Coonan se perdió en la conversación hasta que de repente miró su reloj y se dio cuenta de que ya había pasado la hora de que su escuadrón de asalto entrara en el restaurante y masacrara a todos los que estaban dentro. El líder de los Westies, presa del pánico, se excusó rápidamente y comenzó a salir del restaurante temiendo a cada paso que el edificio estallara de repente en un infierno de granadas y disparos.

Una vez que Coonan estuvo fuera, se apresuró al lugar donde estaba reunida su banda de los Westies y los encontró bebiendo whisky con las armas y las granadas preparadas. Cuando el mafioso irlandés preguntó dónde habían estado, le dijeron que su escuadrón de sicarios había decidido esperar unos minutos más y tomarse otro whisky por si acaso.

El whisky irlandés puede haber salvado a la mafia italiana (Getty Images)

Poco sabía la mafia italiana que se había librado de ser aniquilada por los pelos, o en este caso por un solo whisky irlandés.