El azúcar y los alcoholes de azúcar difieren significativamente en cuanto a dulzor, contenido calórico y digestión, así como en su efecto sobre los niveles de azúcar en sangre y la salud bucodental.
Calorías y dulzor
Los alcoholes de azúcar contienen menos calorías que los azúcares normales.
En promedio, aportan unas 2 calorías por gramo, en comparación con las 4 calorías por gramo que aportan los azúcares (1, 3).
Además, suelen ser ligeramente menos dulces, ofreciendo entre un 25 y un 100% del dulzor del azúcar de mesa. El lactitol es el menos dulce, y el xilitol es tan dulce como la sacarosa (1, 3, 4).
La ingesta excesiva de azúcar está relacionada con afecciones de salud, como la obesidad, las enfermedades cardíacas, la diabetes y las enfermedades inflamatorias (2, 5).
Por lo tanto, los alcoholes del azúcar pueden ayudar a reducir la ingesta de azúcar al proporcionar una alternativa al azúcar con menos calorías que sigue ofreciendo un sabor dulce (1, 6).
Digestión
Los azúcares se digieren en el intestino delgado y se transportan al torrente sanguíneo para su posterior metabolización o utilización como energía (3, 7).
Por el contrario, el organismo no digiere los alcoholes del azúcar de forma eficiente.
Una excepción es el eritritol, que se absorbe bien pero no se metaboliza. En su lugar, se excreta a través de la orina casi intacto (3, 8).
Sin embargo, la mayoría de los alcoholes de azúcar pasan al intestino grueso, donde son fermentados por las bacterias intestinales.
En niveles de ingesta más altos, esto puede causar hinchazón, flatulencia, dolor de estómago y diarrea, particularmente en individuos con síndrome de intestino irritable (SII) (3, 9, 10).
Las recomendaciones actuales aconsejan que dosis moderadas de 10-15 gramos por día son generalmente toleradas. Sin embargo, las personas sensibles pueden tener que evitar los alcoholes del azúcar, especialmente el sorbitol y el maltitol, o reducir su consumo para evitar los síntomas (3, 9, 10).
Efecto sobre los niveles de azúcar en sangre
Cuando se ingieren los azúcares, se descomponen en una forma simple y se absorben en el torrente sanguíneo, lo que provoca un aumento de los niveles de azúcar en sangre (7).
Después, la insulina transporta los azúcares a las células del cuerpo para convertirlos en energía o almacenarlos (7).
El índice glucémico (IG) mide la rapidez con la que un alimento eleva los niveles de azúcar en sangre. La glucosa tiene un IG de 100, mientras que la sacarosa tiene un IG de 60, lo que significa que ambos tienen un IG alto (11, 12).
Dado que los alcoholes de azúcar no se absorben de manera eficiente, tienen un efecto mucho menos significativo en sus niveles de azúcar en sangre y, por lo tanto, un IG más bajo, con valores que oscilan entre 0-36 (1).
Por lo tanto, los alcoholes de azúcar pueden ser una buena alternativa para las personas con prediabetes, diabetes o síndrome metabólico.
Caries dental
Los azúcares son fermentados por las bacterias de la boca, que pueden producir ácidos que dañan el esmalte de los dientes y aumentan el riesgo de caries dental (1).
Los alcoholes del azúcar no contribuyen a la caries dental, ya que las bacterias de la boca no pueden fermentarlos (1).
De hecho, el xilitol y el eritritol pueden incluso ayudar a prevenir la caries, por lo que se suelen utilizar en pastas de dientes y en chicles o mentas sin azúcar. Sin embargo, se necesita más investigación (13, 14, 15).
Los alcoholes del azúcar son generalmente menos dulces que la sacarosa y tienen menos calorías. También son menos digeribles, lo que puede causar efectos secundarios en algunas personas. Por otro lado, el azúcar afecta más a los niveles de azúcar en sangre y puede contribuir a la aparición de caries.