Cepillar el pelo antes de acostarse es una buena manera de empezar a evitar los enredos. Evita los cepillos abrasivos y utiliza en su lugar un peine de púas anchas para desenredar tu cabello. Además, considera la posibilidad de peinar tu cabello de forma diferente a lo largo de la semana, para no estresar repetidamente la misma zona de tu cabello y dañarla potencialmente.
Dormir sobre una funda de almohada de algodón hace que tu cabello roce con el material, así que antes de ir a la cama, haz una trenza para protegerlo y minimizar la fricción. Cuando tu pelo se frota contra una funda de almohada de algodón, se extrae la humedad, lo que hace que se reseque y que se enrede fácilmente.
No te duches con los enredos, ya que puede ser aún más doloroso desenredar el pelo mojado y hacerlo más propenso a romperse. En su lugar, utiliza un producto desenredante antes de la ducha para ayudar a eliminar los enredos extremos. Aclara con agua fría antes de salir de la ducha, lo que sellará la cutícula y hará maravillas para una vida libre de enredos.
Si tu cabello aún se siente seco después de la ducha, deja el acondicionador para conseguir un cabello extra húmedo y suave. O considera aplicar una mascarilla capilar a tu cabello dañado. De hecho, hacer una mascarilla capilar una vez a la semana durante 30 minutos convertirá tu pelo dañado en un pelo sano. Las mascarillas pueden ayudar a restaurar la humedad y otros nutrientes de tu cabello. También debes dejar que tu cabello se seque al aire libre tan a menudo como sea posible. Prescinde del secador siempre que puedas para evitar daños.
Si se te enreda el pelo por exceso de producto, pon un par de gotas de aceite capilar ligero o un producto desenredante similar y cepilla la zona dañada para deshacer el producto y suavizar el pelo.