Comportamiento agresivo de las personas con demencia

Ser el receptor de una agresión es a menudo aterrador y angustiante. Cuando ésta proviene de una persona a la que intentamos ayudar, también podemos sentirnos heridos y rechazados. Pero si la persona tiene demencia, tenemos que ser conscientes de que es poco probable que este comportamiento sea un acto deliberado de agresión – de hecho, es mucho más probable que sugiera miedo o desesperación.

Una reacción – no un síntoma

El comportamiento agresivo no es en absoluto una respuesta común de las personas con demencia. Sólo en raras ocasiones es realmente un síntoma de la demencia. Si la agresión ocurre, la razón más probable es que la persona está reaccionando a una situación angustiante – por ejemplo, se les impide salir de su propia casa o se les ayuda a bañarse por una persona que no reconocen y que no ha explicado lo que están haciendo. El punto de partida para entender el comportamiento agresivo de una persona con demencia es considerar lo que podría estar sucediendo desde su punto de vista.

¿Por qué está sucediendo esto?

Algunas razones por las que una persona con demencia podría ser agresiva incluyen:

• La persona puede sentirse no escuchada o incomprendida.
• La persona puede sentirse amenazada o asustada.
• La persona podría sentirse avergonzada, frustrada o molesta porque necesita ayuda para hacer cosas que solía hacer de forma independiente.
• La persona podría estar haciendo valer sus propios deseos cuando los demás intentan obligarle a hacer algo que no quiere hacer.
• La persona podría estar sufriendo.

El mensaje detrás del comportamiento

Debido a la forma en que la demencia afecta al cerebro, la persona puede haber perdido algunas de las inhibiciones que le habrían impedido mostrar sus sentimientos de esta forma anteriormente. Pero los sentimientos que se expresan ahora son importantes porque representan la forma en que la persona dice algo significativo. Y tenemos que entender el mensaje. Puede ser, por ejemplo, «me siento como un prisionero», «tengo miedo, no entiendo lo que pasa», «me duele» o «estoy muy frustrado».

Responder con eficacia

Cuando buscamos el mensaje que hay detrás del comportamiento de una persona, estamos en el buen camino para encontrar una respuesta eficaz. Lo importante es intentar ver las cosas desde el punto de vista de la persona.

Puede ser que podamos hacer algo diferente inmediatamente para responder a los sentimientos de la persona, por ejemplo, podríamos dar un paseo por el jardín con la persona que se siente atrapada. (Véase el apartado Jardines en la sección Entornos favorables a la demencia). O tal vez no haya nada que ayude inmediatamente, pero podemos poner en marcha planes para resolver el problema que ha alterado a la persona. Por ejemplo, si nos damos cuenta de que la agresividad de una persona se debe a que se siente frustrada por las cosas que no puede hacer ahora, será vital encontrar cosas que la persona aún pueda hacer y animarla a utilizar estas fortalezas restantes en la medida de lo posible.

Aprender y mejorar

Puede que tengamos que enfrentarnos al hecho de que hay algo que hicimos -sin quererlo- que provocó los sentimientos y la reacción difíciles de la persona. Por ejemplo, podemos darnos cuenta de que nos hemos centrado en la tarea de cuidado personal que hemos venido a hacer, pero olvidando que la escasa memoria de la persona y sus problemas de reconocimiento hacen que no sepa quiénes somos o qué estamos haciendo. Por ello, debemos ir más despacio, presentarnos, ayudar a la persona a sentirse segura en nuestra compañía y explicarle nuestras intenciones. No debemos culparnos a nosotros mismos, pero es importante seguir aprendiendo.

Para saber más sobre estas ideas, consulta la sección sobre Cómo comunicarse bien.

Diferencias individuales

Podemos averiguar algo sobre los antecedentes de la persona que explique por qué reacciona así; por ejemplo, alguien que fue víctima de un atraco puede asustarse si se le acerca por detrás. También podemos descubrir, a través de los mensajes comunicados por el comportamiento, que una persona necesita que las cosas se hagan de una manera específica. Una persona puede necesitar que le corten la comida antes de servírsela. Otra puede sentirse muy angustiada cuando no lleva corbata.

Cuando nos damos cuenta de que la agresión suele ser una reacción, hay una buena noticia: podemos hacer algo al respecto. Y cuando descubrimos lo que ha estado molestando a la persona con demencia, es muy posible que podamos evitar que vuelva a producirse una situación similar.

• Lectura adicional abierta

  Berg, G. (2006) The importance of food and mealtimes in dementia care, London: Jessica Kingsley Publishers.

  Asociación Británica de Nutrición Parenteral y Enteral (BAPEN) ‘Introducting MUST’, información online. La herramienta de detección universal de la malnutrición también está disponible para su descarga gratuita en el sitio web de BAPEN, www.bapen.org.uk.

  Coleman, G. (2009) Alzheimer’s Society guide to catering for people with dementia, Londres: Alzheimer’s Society.

  Crawley, H. y Hocking, E. (2011) Eating well: Supporting older people and older people with dementia, Londres: The Caroline Walker Trust.

  Grupo de trabajo sobre malnutrición (2013) Prevention and early intervention of malnutrition in later life: Best practice principles and implementation guide, Londres: MTF.

  Marshall, M. (ed) (2003) Food glorious food: perspectives on food and dementia, Londres: Hawker.

  Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (2010) Delirium: Diagnóstico, prevención y manejo, guía de referencia rápida, Londres: NICE.

  Peters, J.M., Hummel, T., Kratzsch, T., Lotsch, J., Skarke, C. y Frolich, L. (2003) ‘Olfactory function in mild cognitive impairment and Alzheimer’s disease’, American Journal of Psychiatry, vol 160, no 11, pp 1995-2002.

• Enlaces útiles Abrir

  Alternativas a la medicación antipsicótica: enfoques psicológicos en el manejo de la angustia psicológica y conductual en personas con demencia
  Este documento informativo de la Sociedad Británica de Psicología de 2013 establece una guía para los profesionales sobre cómo responder a la angustia en personas con demencia siguiendo un «enfoque por etapas»: una serie de pasos que implican la identificación, la comprensión y la implementación de intervenciones individualizadas.

  La Alzheimer’s Society produce más de 80 hojas informativas sobre todo tipo de temas relacionados con la demencia, incluyendo muchas que se refieren a situaciones difíciles en el apoyo a una persona que vive con demencia: La demencia y el comportamiento agresivo (509), La vista, las percepciones y las alucinaciones en la demencia (520), El manejo de los problemas de aseo y la incontinencia (502), El paseo (501) y El sexo y las relaciones íntimas (514).

  Demencia: Supporting people with dementia and their carers in health and social care
  Esta directriz de 2006 publicada conjuntamente por el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE) y el Instituto de Atención Social para la Excelencia (SCIE) ofrece un amplio asesoramiento sobre las mejores prácticas en el cuidado de las personas con demencia y en el apoyo a los cuidadores.

  Cuidados positivos y proactivos: reducir la necesidad de intervenciones restrictivas
  La guía del Departamento de Salud de 2014 sobre la restricción está dirigida a todo el personal sanitario y social que trabaja con adultos en Inglaterra.

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• Parte de: Desafíos conductuales al apoyar a una persona con demencia
  Última actualización: Enero de 2021