Por Shonda Lackey, Ph.D.
¿Parece que cada vez que usted comienza a acercarse a su pareja, ella o él encuentra una manera de evitar que se conecten a un nivel más profundo? Si es así, es posible que su pareja esté luchando contra el miedo a la intimidad.
¿Qué es la intimidad?
Para entender el miedo a la intimidad, es útil comprender qué define la intimidad. Tal y como informa Miodrag Popovic (2005) en su artículo «Intimidad y su relevancia en el funcionamiento humano», la palabra intimidad tiene su origen «en el término latino ‘intimus’ que significa ‘más íntimo’ y se refiere a compartir lo más íntimo con los demás» (p. 31).
La intimidad puede utilizarse en referencia a varios tipos de relaciones y, en general, se refiere a la expresión intelectual, experiencial, emocional o sexual mutua que fomenta sentimientos de cercanía o conexión. Los cuatro tipos principales de intimidad son:
– Intelectual: intercambio de pensamientos e ideas
– Experimental: participación en actividades conjuntas
– Emocional: compartir sentimientos
– Sexual: compartir sensualidad
RIESGOS PARA LA INTIMIDAD
La confianza es una parte importante para crear intimidad en una relación. Los problemas con la intimidad a menudo se derivan de experiencias de la infancia que establecen el patrón de cómo se trata la confianza. Es probable que su pareja haya sobrevivido a algún tipo de trauma que dificulte la confianza en los demás. Dicho trauma podría haber incluido la muerte o la separación de un padre o tutor. Su pareja también puede haber sufrido abusos físicos, verbales, sexuales o emocionales.
Como resultado de la pérdida de la libertad de expresión y la autonomía para desarrollar y hacer cumplir los límites personales, su pareja puede haber aprendido a hacer frente al trauma utilizando estrategias poco saludables. Tras una experiencia traumática, es posible que su pareja se haya vuelto demasiado confiada y se haya involucrado en relaciones que han conducido a la explotación, o que haya decidido no confiar nunca en nadie. Métodos extremos de afrontamiento como estos están entrelazados con el miedo a la intimidad.
Las señales del miedo a la intimidad pueden incluir: evitar el contacto físico/sexual o tener un apetito sexual insaciable, dificultad para comprometerse, historial de relaciones inestables, baja autoestima, ataques de ira, aislamiento, dificultad para formar relaciones cercanas, dificultad para compartir sentimientos, dificultad para mostrar emociones y dificultad para confiar.
Superar las barreras a la intimidad
Crear un espacio seguro. Cuando su pareja siente que se está acercando demasiado, a menudo actuará de forma que le aleje. Puede ser difícil y aterrador para su pareja aceptar que merece su amor, respeto y afecto. A veces es más fácil que su pareja recurra a un comportamiento que mantenga el patrón de rechazo y aislamiento que le es familiar. Sin embargo, es probable que uno de los mayores temores de su pareja sea ser abandonado o rechazado. Su pareja también puede temer que acercarse a usted le lleve a ser controlado por usted. Rompe el ciclo manteniendo una distancia equilibrada: resiste el impulso de alejarte de tu pareja, pero evita infringir su espacio personal. Intenta no reaccionar con ira o frustración ante el comportamiento de distanciamiento de tu pareja. En su lugar, intenta comprender el razonamiento que hay detrás del comportamiento de tu pareja. Su pareja necesita que le apoye, sea paciente y no le juzgue.
Confronte los miedos. Si las cuestiones de intimidad se han convertido en un problema en su relación, hágale saber a su pareja que quiere entender por qué los dos no están conectando y que quiere trabajar juntos en estas cuestiones. No fuerce a su pareja a hablar de los problemas del pasado que puedan haber afectado a su capacidad de confianza, pero hágale saber que estará dispuesto a escuchar cuando llegue el momento. Cuando su pareja le indique que está dispuesta a trabajar para mejorar su relación, siga su ejemplo. Si los intentos de resolver los problemas por su cuenta no tienen éxito, es posible que su pareja tenga que acudir a una terapia individual en profundidad para tratar los problemas no resueltos que puedan estar afectando a su relación. También puede considerar asistir a terapia de pareja con su pareja.
Aunque los problemas del pasado pueden haber contribuido al miedo de su pareja a la intimidad, no tiene que dejar que el pasado arruine su futuro. Crear una relación sana lleva tiempo, pero es posible siempre que usted y su pareja estén dispuestos a esforzarse. Concéntrese en lo que puede hacer ahora para desarrollar una relación saludable.