Estos dolores después de correr pueden ser suficientes para hacer que desees un caso de espinillas, pero afortunadamente, muchos de ellos también tienen soluciones fáciles que no implican recurrir a los analgésicos. Añade algunos de estos consejos a tu entrenamiento para ver si alivian el dolor post-entrenamiento.
Dolor de cabeza
Un dolor de cabeza punzante después de correr es común para muchos corredores. Una teoría es que correr dilata los vasos sanguíneos en el cráneo, lo que puede causar dolor de cabeza. Los dolores de cabeza también pueden empeorar por la deshidratación. La regla general es: si vas a correr menos de una hora y hace frío en el exterior, no tienes que hidratarte durante el entrenamiento, pero aún así querrás asegurarte de repostar antes de salir.
Cuando el tiempo se calienta, manténgase hidratado con descansos adicionales de agua y bebidas ricas en electrolitos. bebidas deportivas. La mayoría de los expertos recomiendan de tres a seis onzas de líquido cada 30 minutos. Muchos corredores han descubierto que reemplazar sus pérdidas de sodio y electrolitos con aperitivos o bebidas saladas evita el dolor de cabeza posterior a la carrera.
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Otra posible causa del dolor de cabeza después de correr es que tu nivel de azúcar en sangre haya sido bajo antes de hacer ejercicio. Hasta dos horas antes de un entrenamiento caluroso y/o largo, querrá comer un pequeño refrigerio, como una tostada de trigo integral o un pequeño tazón de cereales. Luego, después de terminar su entrenamiento, siga con una comida que tenga una proporción de 4:1 de carbohidratos y proteínas.
También es posible que corra con tensión en el cuello y los hombros, lo que eventualmente podría conducir a ese dolor de cabeza de la tarde. Saca tiempo después de correr para estirar esos músculos del cuello y los hombros, y relájalos con una ducha caliente o una almohadilla térmica.
Problemas gastrointestinales
A veces el estómago sigue contrayéndose después de una parada repentina en el ejercicio (como cruzar una línea de meta). Si esto ocurre, es probable que sientas náuseas o incluso que vomites. Refréscate por completo y evita sentarte después de una carrera o un entrenamiento duro. Esto ayudará a evitar que su estómago se acalambre.
Al igual que los dolores de cabeza, algunas náuseas pueden ser causadas por la deshidratación o un desequilibrio de electrolitos. Mantenerte hidratado te ayudará si los problemas de alimentación causan tus náuseas.
Lo que comes antes de correr también afecta a tu estómago. Intenta comer al menos una hora antes de tu carrera, a no ser que se trate de un tentempié ligero. Prueba diferentes barritas energéticas y tentempiés para ver qué puede soportar tu estómago.
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La fatiga
Aunque el ejercicio te da un impulso de energía, puede hacer que te sientas constantemente agotado si has aumentado tu kilometraje semanal demasiado rápido. La regla común es aumentar tu kilometraje semanal no más del 10 por ciento a la semana y planificar semanas de menor kilometraje a lo largo de tu entrenamiento para darle a tu cuerpo tiempo para recuperarse. Tómese un tiempo para dejar que su cuerpo se recupere uno o dos días durante la semana.