Tobillo y talón
Más del 90 por ciento de las personas con AR desarrollan síntomas en el pie y el tobillo. La inflamación provoca daños en los ligamentos y tejidos que soportan los huesos, lo que puede hacer que el tobillo y la parte posterior del pie se desplacen fuera de la alineación.
Si el tobillo y el talón no pueden moverse correctamente, puede ser difícil caminar, especialmente en superficies irregulares, colinas y escaleras. La inflamación del tobillo y el talón puede dar lugar a una mala alineación que cause dolor en la parte exterior del pie.
Además de su tratamiento habitual para la AR, también puede obtener una plantilla para minimizar la presión o utilizar una tobillera para apoyar sus articulaciones.
Medio del pie
Con el tiempo, los ligamentos y el cartílago del pie pueden deteriorarse, lo que lleva al colapso del arco del pie. Con el pie plano, la forma de todo el pie comienza a cambiar.
Algunas personas con AR desarrollan grandes protuberancias óseas, callos o durezas en la bola del pie. Estas protuberancias pueden ser dolorosas y dificultan la búsqueda de un calzado cómodo. Unas plantillas especiales pueden ayudar a mejorar el arco.
Frente del pie
Cuando el arco cae, ejerce presión sobre los dedos y la parte delantera del pie empieza a apuntar hacia fuera. Los dedos se tuercen y pueden cruzarse entre sí, especialmente el dedo gordo.
Muchas personas con AR desarrollan juanetes, callos o dedos en garra. La combinación de problemas desde el tobillo hasta los dedos provoca dolor en todo el pie.
Con el tiempo, el dolor de pies puede hacer que las personas con AR eviten estar de pie o caminar. En los casos graves, la cirugía puede ayudar a corregirlo fusionando los huesos afectados.
Dedos en garra
Si la inflamación no se controla adecuadamente, el daño articular grave puede hacer que los dedos del pie adopten la forma de garras. Los dedos pequeños adquieren un aspecto prominente al doblarse hacia arriba y luego apuntan hacia abajo en las articulaciones medias. A veces, los dedos se curvan bajo el pie.
La presión añadida en los dedos de los pies puede causar úlceras y callosidades en la piel. Con el tiempo, los dedos en garra pueden quedarse atascados en su posición y ser incapaces de flexionarse dentro de un zapato.
En las primeras etapas, puede usar zapatos blandos y estirar los dedos de los pies hasta una posición normal. Los ejercicios con los dedos de los pies, como usarlos para recoger canicas, también pueden ayudar. Si sus dedos están fijos, intente usar una almohadilla o zapatos especiales para acomodarlos.
Buniones
Cuando su dedo gordo se dobla hacia el segundo dedo, provoca la formación de un bulto en la articulación de la base del dedo gordo. Esto se conoce como juanete.
Debido a que el pie debe soportar el peso del cuerpo al caminar, los juanetes pueden ser muy dolorosos. Un juanete también puede formarse en la parte exterior del dedo pequeño del pie. Esto se llama «juanete» o «juanete de sastre».
La zona deformada en la parte delantera del pie hace que sea difícil encontrar zapatos que sean lo suficientemente anchos en la parte delantera. Los tratamientos caseros para los juanetes incluyen usar zapatos más anchos, evitar los tacones altos y aplicar compresas de hielo para reducir la hinchazón. El uso de almohadillas para los juanetes puede ayudar a aliviar las molestias.
La cirugía también puede ayudar a corregir los juanetes en los casos graves.