La administración rectal utiliza el recto como vía de administración de medicamentos y otros fluidos, que son absorbidos por los vasos sanguíneos del recto, y fluyen hacia el sistema circulatorio del cuerpo, que distribuye el fármaco a los órganos y sistemas corporales.
Inserción de una boquilla de enema al atravesar el esfínter anal.
Un fármaco que se administra por vía rectal tendrá en general (dependiendo del fármaco) un inicio más rápido, una mayor biodisponibilidad, un pico más corto y una duración más corta que la administración oral. Otra ventaja de la administración de un fármaco por vía rectal es que tiende a producir menos náuseas en comparación con la vía oral y evita que se pierda cualquier cantidad del fármaco debido a la emesis (vómitos). Además, la vía rectal evita alrededor de dos tercios del metabolismo de primer paso, ya que el drenaje venoso del recto es dos tercios sistémico (vena rectal media e inferior) y un tercio del sistema portal hepático (vena rectal superior). Esto significa que el fármaco llegará al sistema circulatorio con una alteración significativamente menor y en mayores concentraciones. Por último, la administración rectal puede permitir que los pacientes permanezcan en su domicilio cuando la vía oral se vea comprometida. A diferencia de las vías intravenosas, que normalmente deben colocarse en un entorno de hospitalización y requieren una formulación especial de medicamentos estériles, un catéter rectal especializado puede ser colocado por un clínico, como una enfermera de cuidados paliativos o una enfermera de salud a domicilio, en el hogar. Muchas formas orales de medicamentos pueden triturarse y suspenderse en agua para ser administradas a través de una sonda rectal.
La vía de administración rectal es útil para pacientes con algún problema de motilidad del tracto digestivo, como disfagia, íleo u obstrucción intestinal, que interferiría con la progresión de la medicación a través del tracto. Esto incluye a menudo a los pacientes que se encuentran al final de la vida (se calcula que 1,65 millones de personas reciben cuidados paliativos en EE.UU. cada año). Dado que el uso de la vía rectal permite una alternativa rápida, segura y de menor coste para la administración de medicamentos, también puede facilitar la atención de los pacientes en cuidados de larga duración o en cuidados paliativos, o como alternativa a la administración de medicamentos por vía intravenosa o subcutánea en otros casos.