La eliminación de las garras es un procedimiento doloroso y permanentemente incapacitante que implica la eliminación de los dígitos de un gato hasta el primer nudillo. Las siguientes son ocho razones por las que nunca debes quitarle las garras a tu amigo felino:
¡Ay!
Los gatos se rascan para hacer ejercicio y divertirse, mantener el estado de sus uñas y estirar sus músculos.
Aunque esperamos que su gato permanezca siempre a salvo dentro de casa, si alguna vez saliera al exterior sin garras, tu gato sería mucho más vulnerable a los depredadores y maltratadores.
Mucha gente piensa que los gatos sin garras son más seguros cuando están cerca de los bebés, pero en realidad, la falta de garras hace que muchos gatos se sientan tan inseguros que tienden a morder más a menudo como medio de autoprotección.
Los gatos sienten dolor cuando se despiertan de la cirugía, y el dolor continúa después. Las uñas pueden volver a crecer dentro de la pata, causando un dolor extremo que no se puede ver.
Sin garras, incluso los gatos entrenados en casa podrían empezar a «hacer sus necesidades» fuera de la caja de arena en un intento de marcar su territorio.
Nuestros dedos son cruciales para nuestro equilibrio, ¡y no es diferente para los gatos! Debido al deterioro del equilibrio después del procedimiento, los gatos sin garras tienen que volver a aprender a caminar, al igual que lo haría una persona después de perder sus dedos del pie.
Casi dos docenas de países -incluyendo Australia, Inglaterra y Japón- prohíben o restringen severamente las cirugías de extracción de garras. Y muchos veterinarios en Estados Unidos se niegan a realizar el procedimiento.
Lo que puede hacer en su lugar
- Recorte las uñas de su gato regularmente. Cuando el gato esté relajado y sin miedo, presiona suavemente los dedos de sus pies hasta que las uñas se extiendan. Utilice un cortaúñas y corte sólo la punta de la uña, con cuidado de no dañar la vena o «gancho». El gancho de la uña es lo que desgarra la tapicería, así que quitarlo prácticamente elimina el potencial de daño.
- Compre varios postes de rascado. Lo ideal es tener dos o más postes de rascado en su casa. Asegúrese de que sean resistentes y lo suficientemente altos para que su gato pueda estirarse (1 metro o más). Los postes blandos y mullidos con moqueta no satisfarán las necesidades de arañar de su gato, así que busque postes más ásperos.
- Enseñe a su gato dónde debe arañar y dónde no. Anime a su gato a utilizar los postes de rascado espolvoreando hierba gatera en los postes una vez a la semana. Disuada a su gato de arañar los muebles utilizando una voz fuerte y firme cada vez que empiece a arañar: a los gatos no les gustan los ruidos fuertes. No utilice nunca la fuerza física. En su lugar, puede probar a utilizar una pistola de agua tibia dirigida a la espalda de su gato.